Qué bonito era el mundo en
las clases de pĂĄrvulos de las Salesianas con Sor MarĂa Victoria!
¡QuĂ© bien lo pasaba jugando a
la chista y a las bolas (canicas) en el recreo de los Maristas!
Los amigos del barrio, que
aĂșn perduran, se graban a fuego en tus adentros.
¡CuĂĄnto aprendĂ en esa
farmacia de Rossi, gracias por todo, leyendo libros de la biblioteca de la abuela!
Los años del grupo musical,
creciendo y creciendo.
¡QuĂ© mal lo pasĂ© en mis años
de instituto!, o mås bien, del Colegio Libre adoptado mixto, los compañeros
muchas veces suelen ser injustos con los que trabajan por un fin.
Buena pandilla durante otros
años, amigos que quedan para siempre, los primeros amores de juventud, mucho
trabajo y muchas horas de estudio para arañar alguna que otra subida de
categorĂa.
Y la mĂșsica circulando por
las venas, y aunque no, pero sĂ, siempre hacia adelante.
Conoces gente nueva, pero se
van marchando otros, formas una familia, recibes a tus hijos, y sigues despidiendo;
la vida es una sucesiĂłn de saludos y despedidas.
Y trabajo y lucha y tirar “palante”
y perdonar y tragar muchas cosas y la mĂșsica; en cualquiera de sus palos, si
bien prevalece sobre todos el rock and roll.
Y se sigue marchando gente,
unos y unas porque el que estĂĄ arriba los llama, y otras y otros porque asĂ lo
deciden.
Y nuevas personas forman
parte de tu existencia, e intentas recuperarte de zancadillas fĂsicas y sentimentales,
poniendo todo tu empeño en salir adelante; vives cosas que nunca habĂas vivido,
descubres habilidades que no sabĂas que tenĂas, cumples sueños, y la mĂșsica
sigue empapando tus sentidos, ¡QuĂ© serĂa de nosotros sin la mĂșsica!
Cargado con tantas cosas en
la mochila (como dirĂa Elo en su pregĂłn), y mĂĄs que desearĂa seguir cargando,
se avanza por este camino que es la vida; pero de vez en cuando es bueno, es
muy bueno echar la vista atrås para ver lo que eras y en qué te has convertido;
sentir si estås orgulloso o avergonzado de tu existencia; descubrir quién
mereciĂł la pena y quien no, recordar lo bueno, y lo malo; y examinar si es
necesario mutar tu forma de actuar para sentirte en paz contigo mismo.
Es bueno, ha sido bueno echar
la vista atrĂĄs en mi vida. Pero solo un instante; ahora, de nuevo, toca mirar
hacia adelante.