Hemos comparado la vida con tantas cosas...
Con un camino sinuoso en el que te encontrarás piedras, más o menos grandes, en las que tropezarás una o mil veces, y muchas de ellas en la misma.
Con un camino sinuoso en el que te encontrarás piedras, más o menos grandes, en las que tropezarás una o mil veces, y muchas de ellas en la misma.
La hemos equiparado con un libro, en el que cada vez que pasas una página vas encontrando cosas nuevas.
La parangonamos con un boomerang, pues lo que envías, regresa.
La relacionamos como un viaje en el mar, con unos días de tempestad y otros de calma.
Hay una comparación muy curiosa: La vida es como una partida de ajedrez, o te mueves o te comen, y al final, desde el rey al peón todos van a una caja de madera.
Otros dicen: La vida es como una selva, nunca sabemos con qué animal nos vamos a tropezar.
Algunas comentan: La vida es como un moco; intragable, dura, y a veces no te deja respirar.
George Gershwin (compositor y pianista) afirmaba que la vida era como el jazz... Mejor si se improvisa.
También he oído que la vida es como un piano, las teclas blancas son los buenos momentos y las negras los malos, pero juntas tocan la mejor melodía, la vida.
Einstein decía que la vida era como una bicicleta, que para mantener el equilibrio siempre tenías que ir hacia adelante.
Pablo Neruda era más drástico: La vida es como un pene... Parece corta, pero cuando se alarga, se pone dura.
Y Héctor Tassinari (ingeniero y psicólogo) afirma que la vida es como un teatro,unos pocos son actores y la mayoría son espectadores que juzgan y critican a los que viven.
Y yo, yo comparo, equiparo, parangono, a la vida con una simple cebolla al igual que H.Sandburg...
A la cebolla le vas quitando capas, capas, y capas; al igual que en tu vida van pasando días y días y días, hasta que ya no queden más capas que quitar, o bien la siguiente que quitas esté podrida y la tengas que tirar.