No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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30 abril 2020

UNA VIDA, UNA CEBOLLA.

Hemos comparado la vida con tantas cosas...
Con un camino sinuoso en el que te encontrarĂĄs piedras, mĂĄs o menos grandes, en las que tropezarĂĄs una o mil veces, y muchas de ellas en la misma.
La hemos equiparado con un libro, en el que cada vez que pasas una pĂĄgina vas encontrando cosas nuevas.
La parangonamos con un boomerang, pues lo que envĂ­as, regresa.
La relacionamos como un viaje en el mar, con unos dĂ­as de tempestad y otros de calma.
Hay una comparaciĂłn muy curiosa: La vida es como una partida de ajedrez, o te mueves o te comen, y al final, desde el rey al peĂłn todos van a una caja de madera.
Otros dicen: La vida es como una selva, nunca sabemos con qué animal nos vamos a tropezar.
Algunas comentan: La vida es como un moco; intragable, dura, y a veces no te deja respirar.
George Gershwin (compositor y pianista) afirmaba que la vida era como el jazz... Mejor si se improvisa.
También he oído que la vida es como un piano, las teclas blancas son los buenos momentos y las negras los malos, pero juntas tocan la mejor melodía, la vida.
Einstein decĂ­a que la vida era como una bicicleta, que para mantener el equilibrio siempre tenĂ­as que ir hacia adelante.
Pablo Neruda era mĂĄs drĂĄstico: La vida es como un pene... Parece corta, pero cuando se alarga, se pone dura.
Y HĂ©ctor Tassinari (ingeniero y psicĂłlogo) afirma que la vida es como un teatro,unos pocos son actores y la mayorĂ­a son espectadores que juzgan y critican a los que viven.
Y yo, yo comparo, equiparo, parangono, a la vida con una simple cebolla al igual que H.Sandburg...
A la cebolla le vas quitando capas, capas, y capas; al igual que en tu vida van pasando días y días y días, hasta que ya no queden mås capas que quitar, o bien la siguiente que quitas esté podrida y la tengas que tirar.
Eso sĂ­, siempre entre capa y capa, dejarĂĄs escapar tus lĂĄgrimas.



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