No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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29 septiembre 2016

PIDIENDO A LA CARTA.

No suelo dar dinero a los que me piden, prefiero invitarlos a un café, si es conocido de mi pueblo el que pide; solo transijo en dar un euro a los que, señalando con el dedo, te indican un aparcamiento libre que tú ya has visto anteriormente, para evitar un posible rayón o algo más en mi vehículo.
A los que solicitan mi ayuda a las puertas de los grandes supermercados les solía dejar comida o gel y champú, que compraba expresamente para ellos.
Hace unas semanas, cual fue mi sorpresa, antes de entrar en un hiper en Sevilla, que una señora que había en la puerta pidiendo, me señalara en un catálogo unas salchichas alemanas ahumadas para que se las comprara.
-Estas, estas, decía..., y bastante más caras que las que compro para mi casa.
Pero lo más aberrante, es que hace unos días, tomando una cerveza en una terraza, vino un hombre con mala pinta (como de vivir en la calle) también solicitando ayuda; y tuve la gloriosa idea de pagarle, en el bar, un bocadillo de jamón para que se alimentara; el cual, y para mi decepción, tiró el muy sinvergüenza en la papelera de la esquina más cercana.
Lamentablemente para otros que realmente lo necesiten, el gato escaldado (aunque sea azul) , del agua hirviendo huye y bien que lo siento.


20 septiembre 2016

VIVIREMOS ETERNAMENTE.

Desde un punto de vista humano con las limitaciones físicas y psíquicas que tenemos, no entiendo otra manera (de momento) de vida eterna; es eterno que nos mantengan en la memoria, en el recuerdo, o en un recodo de su alma, aquellos con los que convivimos, aquellos a los que favorecimos, aquellos a los que dimos nuestra amistad, aquellos a los que amamos.
El otro día alguien me recordó a mi abuelo Manolo el motorista, (motorista, porque era él quien conducía la moto en la que viajaba el capitán del cuartel de la Guardia Civil); me lo recordó por cosas buenas que hizo durante su paso por este mundo, teniendo conciencia de ello porque su padre así se lo contó.
Mi abuelo era guardia civil, más guardia que civil, como se comprendía en aquel entonces, y me llenó de orgullo que una persona de mi edad, se refiriera a mi abuelo a través de los recuerdos que su padre le refería.
Mi madre heredó su apellido-mote, y también su sencillez, amabilidad y servicio a los demás; mis hermanos también lo han heredado y yo, espero que algo haya quedado para mí.

En fin, Encarnita “la del motorista” y los nietos de Manolo el motorista seguimos por aquí, y damos las gracias a los que todavía lo recuerdan. Un beso allá donde estés abuelo.

09 septiembre 2016

¿DE VERDAD ES TAN DIFÍCIL?

No se por qué es tan difícil hacer a los que te rodean un poco más felices; lo tienes todo, te lo dan todo, vives mejor de lo que te imaginas,  y tú, por eso,  no dejas de dar. Así debería de ser, no dejar de dar al de enfrente; lo malo es que la mayoría de las veces lo que damos es: por culo.
A ver si tenemos la delicadeza de cumplir la segunda parte de los dos mandamientos en los que se resumen los otros diez:
...... Y AMARÁS AL PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO..
Buenas noches.

05 septiembre 2016

DIOSES DEL OLIMPO.

Vosotros, dioses del Olimpo, debéis saber que estáis en ese ficticio cielo por nuestras oraciones, esas que cada cuatro años o cada pocos meses, como ahora, tenemos la obligación de rezar desde esta denostada tierra.

Vosotros: Zeus, con barba blanca y corona; Apolo, guapo, alto con traje azul; Adonis, otro guapo más en la lista; Ares, siempre guerreando, con coleta y camisa color marino; Hermes, joven con corbata roja; Hera, diosa de las tierras australes,  con melena castaña y una muy poca agraciada sonrisa, y vosotros otros muchos dioses más menores que pululáis por el hemiciclo celestial...

¡MIRAD UN POCO HACIA ABAJO!

Acordaros en algún momento, cuando estéis en vuestro cielo, de los pobres humanos que vivimos a ras de tierra padeciendo vuestra falta de atención y vuestra ausencia de compromiso.
Apoltronados en vuestros tronos, no prestáis atención a los que duermen en las aceras y almuerzan en los comedores sociales, entre otras infinitas precariedades a las que nos habéis abocado.
Por favor, utilizad vuestros divinos poderes para no obligarnos a ir de romería, otra vez, antes de tiempo.
¡Qué bien se debe vivir en el Olimpo con todos los parabienes a los que os obligamos cuando os subimos a los altares!
Lamentablemente cada vez que nos falláis, y no son pocas, nos hacéis ser más incrédulos, incluso algunos, diría yo, ya son ateos.
¡Que el cielo nos proteja, porque lo que es el Olimpo...!

02 septiembre 2016

CADA VEZ ME GUSTA MENOS EL TENIS.

Aunque Rafa Nadal haya dado una lección de esfuerzo ganando una medalla de oro en dobles y luchando por el bronce hasta la extenuación, cada vez me deprime más el tenis. Cuando la genialidad se ausenta, un partido de tenis viene a ser como un debate de investidura para presidente de gobierno. Tu le pegas fuerte a la bola para intentar sacarme fuera de la pista, yo le pego más fuerte aún; tu me tiras una bola larga de corrupción y yo te la devuelvo igual o más larga de lo mismo; tu me haces una dejada de ineptitud a la hora de acabar con el paro, y yo te devuelvo más desempleos; tu me quieres ganar con un lob listado con grandes sueldos y privilegios y yo te devuelvo otro lob contratando a más altos cargos si cabe; tu sirves una bola dura con pensiones de por vida sin haber obtenido cotizaciones como cualquier españolito de a pie y yo te hago un saque importante cobrando dietas y teniendo casas en la capital.
En esto estamos, en dar y devolver sin que ninguno de los contendientes cambie el sistema de juego para ganar el partido, y eso nos lleva a unos inacabables juegos y sets, con muchos "deuce" o "yus" (que es como lo escuchamos todos) que se hacen eternos, casi un año de partido.
Llegará el momento en el que el pueblo se siente en el banco, ese alto que hay en las pistas de tenis, y diga ¡NOOOOOO¡.
Y entonces....., al maestro armero.