No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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13 octubre 2021

LOS OJOS ACHINADOS.

Siempre se dijo que los ojos de los orientales son así por culpa del arroz.
Sí, el arroz, comen mucho arroz, y todos sabemos que comer mucho arroz estriñe; y que si estás estreñido has de apretar más de la cuenta para ir al baño, y que cuando aprietas en el baño los ojos se te achinan enseguida.
Pero no, no es ese el motivo del rasgado de los ojos de los orientales.
Es solo una necesidad adaptativa para proteger el sistema visual del exceso de luz, tanto por los reflejos en el hielo (esquimales), como por los efectos de las arenas de los desiertos.
Por ello la abertura entre el párpado superior y el inferior se hace más estrecha.
Popularmente se pensaba también que era debido a que los orientales tienen los globos oculares en forma de almendra, algo que también es totalmente falso.
Técnicamente la fisonomía del ojo mongoloide viene en realidad determinada, además de por la estructura ósea facial, por lo que los antropólogos llaman la brida mongoloide y el repliegue palpebral superior.
Este está constituido en su parte interna por una bolsita de grasa que hace que el párpado aparezca hinchado y las pestañas más cortas, aunque la longitud de estas es idéntica a la de las otras razas.
Pero por mucha brida mongoloide, por mucho repliegue palpebral,  yo creo que tanto arroz no tiene que ser bueno para los ojos, ¿O sí?.


Foto extraída de la página: curiosoando.com


08 octubre 2021

EL DECLIVE.

Se me viene a la memoria aquel diciembre de 1974 cuando aparecí en el departamento de correspondencia del añorado Banco de Sevilla, más que nada por el nombre, y también por la cantidad de compañeros que nos reuníamos todas las mañanas en la oficina principal de la Plaza Nueva.
De aquellos años han pasado casi cincuenta, y desde entonces ahora creo que la profesionalidad ha ido en declive en todas las profesiones.
Antes se ponía más atención en lo que se hacía, y creo que era porque era el trabajo que había que hacer, y no me refiero solo a los bancos; hoy en día, en cualquier tipo de ocupación lo primero es vender, vender y más vender.
Nos dicen a los consumidores "compradores compulsivos" y creo que es al revés en muchas ocasiones; hay una cantidad ingente de empresas que son "vendedoras compulsivas", y digo yo...
¿Por qué no venden el trabajo bien hecho?
¿Por qué en vez de venderte tantas cosas no te venden hacer las cosas bien?
Que no digo que no cobren, que no digo que no tengan beneficios, pero coño que hagan las cosas bien; y si los que tienen que hacer las cosas bien, no saben hacerlo, que se preparen y se dejen de tantas llamadas a horas intempestivas que lo único que hacen es molestar.
Y por favor, que los empleados de una misma empresa, y me refiero a todas, tengan los mismos criterios a la hora de hablar con los clientes, una lavadora es una lavadora, y un lavavajillas es un lavavajillas.
La vorágine de las ventas, la acumulación incontrolada y confusa de responsabilidades, (nadie tiene la culpa de nada) pero lo paga el cliente, y la puta manía de echarle la culpa a otro, e incluso al cliente, está llevando a un declive en los servicios que no sé a dónde nos va a conducir.
Ah, y el empleado que hace las cosas bien, que explica bien lo que vende, que hace bien su trabajo, cada vez, lamentablemente, interesa menos. ¿Por qué?...
Porque para hacer bien el trabajo y atender bien a los clientes hay que dedicarle un tiempo, y en ese tiempo no vendes, y así nos va.


Foto extraída de la página: pascualparada.com