La Biblia, sobre todo el Nuevo Testamento, es un manual de enseñanzas para todos, un manual de comportamiento y de forma de actuar en la vida.
Puedes ser ateo, no creyente, po sí-po nó (soy de todo pero no practico nada), practicante, oyente, lo que quieras que sea, pero el Nuevo Testamento enseña.
Hoy me quiero referir al capítulo VII y los versículos 12-13 del Evangelio de Mateo, que dice así:
12.- Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resume la Ley y los profetas.
13.- Entren por la puerta angosta. Porque el camino y la puerta que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos;...
Estos versículos de Mateo se pudieran aplicar a cualquier aspecto de la vida, a las relaciones familiares, sociales, políticas, entre amigos, es la simple solución a todos los problemas, a todas las desavenencias, a todos los enfrentamientos.
Pero hoy en especial quiero dedicárselo a mis compañeros, a todos los que fueron mis compañeros un día, a sus jefes, y a los que rigen desde su sillón, no zarandeado por un ERE brutal, en especial.
¿Son conscientes los que toman esta decisión a qué personas hacen daño a parte del trabajador?
A su pareja, a los hijos, a los padres del trabajador, y por supuesto y más grave, a la salud del trabajador.
No van a ser ocho mil y pico damnificados con las consecuencias de este ERE, entre parejas, hijos, padres y buenos amigos, los dolientes pueden ascender a más de veinticinco o treinta mil, y muchos de ellos todavía están perdiendo dinero por la inversión que tuvieron que hacer, obligados por los que ahora impulsan el ERE, en salida a bolsa, debiendo muchos actualmente préstamos todavía; y eso sin contar a los malnacidos que se alegrarán de ello.
Y saben ¿Cuál es el problema?
Que siempre le toca a los mismos, como en todos los ámbitos de la vida. En este látigo, la empuñadura suelta el latigazo del ERE pero sufre poco daño, ese cimbronazo se extiende por el cuerpo del látigo, resultando un poco doloroso, pero donde realmente se produce la cantidad máxima de estrés, donde se deshace el estallido del dolor, donde duele, y quizás no sane nunca, es en las más de las ocho mil tiras que componen la triza (o tralla).
Por eso, dirigente de mi querida empresa, te remito a Mateo VII:12-13, sigue sus consejos y así tus hijos no te podrán decir nunca que...
¡"ERE "un impresentable!
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