No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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28 junio 2021

Y ELLAS ESPERANDO SENTADAS.

Se me viene hoy a la memoria una de las mujeres que mĂĄs me quiso, mi querida abuela Encarna; madre de mi madre y que llegĂł a SanlĂșcar desde su natal Osuna.
Los avatares de la vida hicieron que debido a su diabetes perdiera casi toda la visiĂłn y hubo una Ă©poca en la que con la enfermedad de su marido, mi abuelo Manolo, se vio bastante anulada.
Mi madre, la pobre, hacĂ­a lo que podĂ­a, le llevaba la comida, lavaba a mi abuelo, la ropa, la casa; aparte de su casa con sus hijos, mis hermanos y yo, y su marido mi padre. (Grande mi madre)
No tuve mĂĄs remedio que quedarme a dormir en su casa, por si en algĂșn momento pasaba algo; conscientes somos que no tenĂ­amos telĂ©fono, y recuerdo un dĂ­a que mi abuelo se cayĂł tuve que ir de madrugada a mi casa a avisar a mi madre.
Yo hacĂ­a mi vida normal, iba a trabajar al Banco ya por aquel entonces, salĂ­a con los amigos, tocaba con mi amigo Enrique y su grupo, en fin lo que se dice una vida normal, pero a dormir iba a casa de mi abuela.
Mi abuela tenĂ­a un problema de apnea y la pobre roncaba mĂĄs bien fuerte, y yo me tenĂ­a que levantar temprano para trabajar, entonces...
¿QuĂ© hacia?
Se sentaba en la entrada, detrĂĄs de la puerta, hasta la hora que yo llegara,  a la hora que fuera, sin horario de espera. Me daba las buenas noches, y nos acostĂĄbamos; cuando ella me veĂ­a que yo habĂ­a caĂ­do rendido en los brazos de Morfeo ella se echaba a dormir.
Rindo homenaje con este escrito a todas esas madres y abuelas que tanto tiempo han estado esperando sentadas, por muchos motivos: el padre no quería que la niña saliera y la madre la dejaba y sufría esperando sentada; el niño tenía que volver y la madre no se acostaba hasta que volviera a casa; la mujer que esperaba sentada a que su marido volviera de juerga, o de parranda, y a veces para ser maltratada.
Desde esta tribuna me quito el sombrero por las que esperaron tantas veces sentadas, para ellas mi recuerdo.

Foto extraĂ­da de la pĂĄgina: es.dreamstime.com




 

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