No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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27 diciembre 2017

¿QUÉ ES EL TIEMPO?

Llevamos tantas épocas debatiendo sobre quién creó el mundo,  quién concibió la vida, dogmas y más dogmas, credos y más credos, que muchas veces me pregunto...
¿Quién planeó todo esto?
¿Quién se las ingenió para hacerlo?
Y mucho más importante diría yo...
¿Quién inventó el tiempo?
El que lo hizo, nos echó literalmente del Edén, el que proyectó controlar el espacio con tiempo, lo primero que hizo y para siempre, fue hacernos esclavos de ese mismo tiempo.
De pequeños, queremos que corra, de mayores ansiamos disfrutarlo y de ancianos deseamos que se retarde, pero es inexorable.
O no tenemos para nada, o nos sobra a borbotones; pero nunca hemos tenido la necesidad de medir el gasto que supone el dedicar tu tiempo.
Gasto inútil muchísimas veces, y muy placentero en pocas; gasto severo cuando duele, y muy ameno cuando gozas; siempre enganchados al puñetero tiempo, tiempo para dormir, para leer, para comer, para estar solos, para dedicar a tus hijos, a tu pareja, para trabajar, para descansar, para disfrutar del  tiempo libre (ja,ja,ja..LIBRE)
Pero, por mucho que podamos divagar y divagar sobre quién inventó el tiempo; lo cierto y verdad es que:
"El tiempo nació para separar el nacimiento de la muerte"
Por tanto, y haciendo una simple operación matemática, el resultado es que nuestro tiempo es,  al fin y al cabo, nuestra propia vida.

GASTOS Y MÁS GASTOS.


En esta vorágine en la que nos encontramos desde hace ya años; en este desorden de consumo al que nos ha llevado esta sociedad, en esta situación en la que, lo que se avería se tira y se compra nuevo, no dando posibilidad alguna a la reparación; en estos tiempos en los que los niños tienen más juguetes que horas para jugar, más caprichos que obligaciones; tiempos en los que los mayores tenemos más ropa que días para ponérnosla, más zapatos que pasos para gastarlos; en estos días en los que  queremos un coche más grande, una casa mejor, un móvil más moderno (aunque el usado funcione); en estas fechas en las que estamos nadando en ese mar de consumismo, con un mismo motivo: gastar, gastar y gastar; gastar la mayoría de las veces lo que no tenemos; gastos para fiestas: Navidad, Semana Santa, ferias, Rocío, vacaciones,(a las que todos tenemos derecho, pero para las que no todos tenemos las mismas posibilidades)...
Cuando nos enredamos en ese torbellino consumista, que nos va envolviendo poco a poco, es difícil salir; cogemos de donde no hay para tapar lo que quedó en descubierto, e intentamos seguir aparentando que podemos con todo, como también puede el vecino de enfrente, esas que no falten tampoco, las apariencias.
En estas fechas derrochantes, se me viene a la mente este acertado aforismo:
"Quien gasta su dinero en cosas superfluas, tendrá que vender lo necesario para subsistir"
¿O no?

Foto de mi colección particular.


¿CORTESÍA?


Siempre me ha gustado ser cortés, hace mucho me educaron en la cortesía, en el buen trato a las personas, a ceder el paso, a levantarme del asiento si era necesario, a dar los buenos días, a despedirme; me enseñaron en casa, en el colegio, en el trabajo, desde pequeño.
En la vida familiar también aprendí a ser cortés; y en mi vida laboral, durante mi época de jefe, asimismo tuve cortesía y empatía con mis empleados, superiores y también con los clientes; y eso me ha llevado a mantener una larga amistad con unos y con otros.
La cortesía es una bendición para quien la recibe; que te feliciten en tu santo o cumpleaños, que te den la enhorabuena por tus éxitos, que te animen en tus fracasos,  que te digan que estás más joven, más delgado o delgada, más guapo o guapa, que te transmitan energía cuando la tuya veas que se agota, que te saluden por la calle, que te den a elegir, que te cedan el paso, incluso que te echen una mentirijilla piadosa de vez en cuando para hacerte sentir bien. Todas esas cosas te hacen la vida un poco más placentera, ¿o no?
Mas considero, que aparte de la educación que recibas, la cortesía debe salir de tus adentros, creo que hay que ser cortés de corazón, de alma y hacer las cosas por convicción, porque las sientas, no porque las debas; ya, que si eso no es así, la cortesía se convierte en un comportamiento, que va rimando con ella, pero con la que no tiene nada que ver; en esos casos la cortesía, no es más que pura hipocresía.


Foto de mi amiga Juani Mora.



26 diciembre 2017

MENUDA INOCENTADA.

Te conoció por hacerse el valiente, aunque es de los más inocentes que podrán encontrarse en una vida; te hiciste la suave dándole la sensación que eras la mejor horma para su juventud incontrolada y rebelde; menuda inocentada.
Al poco tiempo empezaste a enfrentarlo con sus padres, si ellos decían “blanco” tú le susurrabas al oído “negro”; si ellos le decían “no te juntes con ella que no nos gusta nada”, tú lo atraías para que estuviera cada vez más tiempo contigo,dándole placer. Le estás adsorbiendo lo mejor de su persona, su alegría (cuando no estás con él es demasiado desabrido), su simpatía (sin tí es agrio y un poco imbécil), su salud (si no le dices que coma, él ni come), y hasta has llegado a cambiar su forma de ser, no se conforma con el dinero que le dan en casa (no trabaja siquiera) porque le obligas a salir contigo casi todas las noches y ya han empezado a faltar cosas.
Eres mala, muy mala, eres una verdadera bruja, una bruja que si no lo impiden, o lo convencen para que te olvide, acabarás con él, si no lo has hecho ya;  y por ende, terminarás con sus padres y con su familia, si no los tienes ya muertos en vida.
Te crees que eres una superhéroe, la más poderosa (porque puedes con él y con muchísimos más), la protagonista, la heroína… siiii, eso es lo que eres: heroína.

Pero realmente, lo que eres en realidad es: una hija de la gran puta, y por eso te venden.

21 diciembre 2017

JOU, JOU, JOU...

En estas fechas en las que nos encontramos, nos inunda una sensación de amor eufórica, aunque nos tenga invadido en algunas ocasiones el odio, jou, jou, jou...
Deseamos la paz a todo el mundo, aunque no tengamos paz ni con nosotros mismos, ni con nuestros semejantes, jou, jou, jou...
Bolitas, luces, tiras de navidad, belenes, gigantescos alumbrados callejeros que no dejan dormir a los que residen habitualmente en la calle, jou, jou, jou...
Mazapanes, turrón, jamón, caña de lomo, queso, buenos vinos y cava, que nunca llegan a los comedores sociales, jou, jou, jou...
Grandes galas, abrigos pomposos, regalos de Reyes o de Papá Noel, ropas, zapatos y gente rebuscando en los contenedores de basura a diario, jou, jou, jou...
Amamos a todo el mundo, nos inundamos de amor, queremos que todos se sientan amados, aunque después, por lo "bajini" ponemos "verde carruaje" hasta a los que comparten la vida con nosotros, jou,jou,jou...
¿Nos quejamos de los políticos que prometen y no cumplen, que afirman y mienten, que dicen que ponen y se llevan?
Pues, cuando escuchemos los mítines, informativos, leamos los periódicos o escuchemos la radio, imaginémosnos que estamos en Navidad, jou,jou,jou...
Felices Fiestas.

20 diciembre 2017

EL NIÑO DEL ESPEJO.

Una mañana, en la que las prisas por salir no fueron perentorias, me entretuve en mirarme al espejo. Había estado cantando la noche anterior en la sala Malandar con mi amigo Enrique Sánchez y su grupo Los Escarabajos; cada vez que lo hago me transporto a la infancia, a aquella casa de la familia de mi amigo, en la que nos reuníamos para jugar, aprender, leer,   tocar y cantar.
Estudiaba mis facciones; mis arrugas, mi poco pelo, mi anchura adquirida,   y me recordaba de pequeño; enjuto, delgado y lleno de rizos en  la cabeza.
¿En qué nos hemos  convertido?
Yo era tímido, ávido de aprendizaje, humilde, me gustaba cantar, y no me defendía muy mal en el colegio; hoy en día la timidez se ha escondido, sigo teniendo deseos de aprender de todo lo que se presente, y creo que no soy nada soberbio; el colegio al que asisto actualmente es el de la vida, y en ella continúo estudiando diariamente.
Terminando de atusarme,el poco pelo que tengo,  me preguntaba…
¿Habré cubierto las expectativas que ese niño, que he recordado, se creó en aquellos años sobre su futuro?
¿Estaría satisfecho de mí ese  chico viendo como he desarrollado mi vida, o creería que lo he traicionado?
Supongo que no habrá sentido traición, pero sí os voy a contar un secreto:
Siempre quise ser militar o empleado de banca;  con cinco años tenía una máquina de escribir pequeñita que aporreaba  en el patio de mi casa  y una escopeta de tapón de corcho con la que hacía la instrucción; por cierto,  de la mili me licenciaron por tener gafas.
Espero que, si en algún momento, me encuentro cara a cara con ese niño que fui, se sienta orgulloso de lo que hoy soy, y nunca tenga que esconder la cara por vergüenza.
Deseo que todos podáis decir lo mismo.

18 diciembre 2017

SOMOS TANTA GENTE...

En este inmenso planeta somos tanta gente…
Hay personas de todo tipo o color, religión o ideología policía, ricos y pobres, tanto en dinero como en personalidad; afortunados y desgraciados en el saber, en la inteligencia, en la humildad, en la capacidad de trabajo; somos tanta gente…
Hay seres que regalan su trabajo a otros y seres que se aprovechan de lo que hacen los demás, los que destilan amor, los que supuran odio, con más genio, más pacíficos, más cariñosos, más ariscos; somos tanta gente…
Hay hombres y mujeres con dotes de mando, los, y las hay que solo saben obedecer, unas que son graciosas, otros desabridos, unos más simpáticos y otras más antipáticas, los y las que llevan la música dentro, y las y los que no tienen ni un poquito de compás; somos tanta gente…
Hay individuos (y no pongo el femenino, suena fatal, aunque me tachen de machsta), como decía, hay individuos que matan y otros que dan la vida, unos que no cuidan la naturaleza y otros que luchan por ella; unos que van con la verdad por delante, otros que engañan hasta a su sombra, unos que duermen en palacios y otros que malviven en la calle; somos tanta gente…
Somos muchísima gente, pero me voy a quedar con un tipo de gente especial, esa tocada de la mano de Dios (o como queráis llamarlo); esa gente, como leí el otro día, que solo con dar la mano rompen al pronto la soledad.

13 diciembre 2017

DISCUSIONES.

Desde pequeño es bueno discutir con los demás, teniendo diferentes puntos de vista sobre cualquier tema; con amigos, con padre y madre, con compañeros, con hermanos y hermanas, con pareja, con hijos e hijas; en fin…
La vida es una pura discusión, un tira y afloja continuo, incluso al mirarnos al espejo tenemos la mala costumbre de discutir con nosotros mismos.
Todas las discusiones, todos los debates, si son con respeto y educación siempre serán productivos, nos harán aprender a todos los que participemos en ellos.
Una cosa es discutir, otra muy diferente es imponerse.
A algunos los maltratan de pequeños, en el colegio, no tenían necesidad de hacerlo, pero lo hicieron.
No respetaron una  amistad, se aprovecharon de ella; estuvieron mucho tiempo colgándose las medallas que otros ganaban honradamente con su esfuerzo.
Faltaron muchas veces, denostaron, engañaron, borraron la autoestima y dejaron de respetar; no prestaban atención, los otros eran como fantasmas para ellos,  estaban a su lado como si allí no hubiera nadie; intentaron engañar en tratos y creyeron que los demás no se dieron cuenta.
Todo esto no es discutir, es una cosa muy diferente, es intentar imponer una opinión, un concepto o una forma de ver las cosas, bien sea por la fuerza bruta, por la fuerza intelectual, o por la fuerza moral, o también algunas veces por el sexo. Pero llega el momento en que decides no discutir y cambias, cambias para siempre.
Siempre notarán los cambios en nuestra actitud hacia ellos,   pero nunca notarán el comportamiento suyo que nos hizo cambiar.


12 diciembre 2017

PÓKER.

Se sentó en la mesa de juego, se podría decir sin temor a equivocarme, que lo sentaron; el "pon" era muy importante porque la partida era cara y las posibles ganancias también lo serían,  ya que se jugaba fuerte.
Tras el reparto de cartas miró poco a poco, carta a carta las que le habían entrado, despejó un rey, otro, un as, y otro, estos acompañados por un cinco.
Escondió su semblante para que no notaran que tenía buena jugada,(otros no sabemos hacerlo) escondió cuatro cartas y puso el cinco sobre la mesa, boca abajo, acaso tuviera la posibilidad de ligar un full de ases-reyes...
-Una. (comentó)
El que repartía le puso una carta cerca de su mano, la cogió pausadamente, sin prisa, y la mezcló con las otras cuatro, pasando una a una sin mirar el anverso.
Abrió el abanico de su jugada, despaciosamente, una a una, un rey, otro rey, una as, y "joder", un siete, después vendría el otro as.
La partida continuó, las apuestas, los faroles se fueron sucediendo, él siguió inmóvil, mirando a los que jugaban en su misma mesa, apostó como bien le vino; el de enfrente, al que le había entrado en suerte un trío en el primer reparto, tiró las cartas, se rindió, y a otros no les entró nada por lo que, paso a paso, se hizo fuerte, y al final ganó la partida con unas dobles parejas.
La vida es una partida de póker en la que te juegas la existencia, en el reparto te tocan unas cartas (esas son las del reparto, las bolitas que decía Rafael de Paula que te caen cuando naces) pero depende, muy mucho, de como tú juegues esas cartas, así será el resultado de tu felicidad.

Foto de mi amiga Juani Mora.



07 diciembre 2017

UNA DEVOLUCIÓN EN MEDIA MARKT

Hace unas semanas, tuve que devolver una cosa comprada en el Media Markt de Sevilla, la joven rubia del departamento de devoluciones que me atendió, reunía un compendio de amabilidad y eficacia; su sonrisa, me ha hecho escribir este artículo.
No obstante, no todos y todas son así; en un restaurante, el otro día, tuvimos que dejar de esperar y marcharnos ante la ineficacia del camarero y del mismo jefe de cocina, que después de media hora, no tuvieron la capacidad de servirnos un plato variado de patés.
Mi trabajo, durante años, ha sido atender al público, mi último destino fue Umbrete, una localidad por la que siento predilección y en la que creo que todavía mantengo clientes que me respetan y a los que respeto enormemente; esos y esas a los que saludo y me saludan después de muchos años.
Los jefes, (los pensadores) dan las directrices, ordenan los cambios y los modos, imponen los controles de calidad, deciden; pero al final, los que representan a la empresa, los que proyectan su imagen al exterior, son los que dan la cara día a día, los que están en contacto con los clientes o usuarios; hay empleados que incluso pierden dinero de sus sueldos por una buena atención a los usuarios, y tengo conocidos que lo saben bien.
Ya puede ser una empresa privada, o una empresa pública; ya puede ser un banco o un hospital;  un camarero o un funcionario (altamente denostados); lo importante es que todos entendamos que el servicio al cliente no es un departamento, es una actitud.

04 diciembre 2017

DEJAR IR PARA SIEMPRE.

Estoy acostumbrado a leer en los post rimbombantes de los grandes pensadores y “frasistas” cosas como:
-El dolor te abandonará cuando tú lo abandones.
-Cuando le das libertad a los demás, cuando los dejas ir, recuperas tu libertad.
-El secreto no es olvidar sino dejar ir. Y cuando todo se ha ido, serás rico en la pérdida.
En fin, como éstas hay miles, pero he de pronunciarme en que no estoy totalmente de acuerdo.
Admito que es bueno dejar ir para no estar mal acompañado, dejar ir para no tener gente a tu lado que no quiera estar contigo; dejar ir para no vivir continuamente en el pasado, dejar ir a las personas que no quieran viajar en tu tren,  o que por mor del destino, la vida, ese mismo tren, apee a los que no se quieren ir y que tú tampoco quieres que se vayan.
Es duro recordar el pasado y es duro olvidarlo, pero no hay más remedio que procurar por todos los medios dejar ir y seguir adelante.
Pero dejar ir no es tan fácil como lo pintan estos señores y señoras que escriben tan bonito; dejar ir tiene un coste muy caro, excesivamente caro, aunque no lo creamos; porque pagas, a todos los efectos contigo mismo.
No es dejar ir a la gente, eso es fácil, sobre todo si te han hecho daño; lo difícil es permitir que se marche para siempre ese pedazo de tí que se fue con ellos.