No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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26 febrero 2018

GÉNESIS CAPÍTULO 1, VERSÍCULO 27.


En el génesis (el principio), ahí es donde se determina la creación del hombre y la mujer; que por cierto, buscando el versículo del génesis donde aparece la creación del hombre y la mujer; se ha modificado o reescrito o retraducido; donde decía lo de la costilla del hombre, ahora dice: 27- Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó.
Siendo conscientes que Dios nos creó a su imagen y semejanza, y dado que la imagen de Dios, es la bondad, humildad, amor, servicio a los demás, y todo lo bueno que podemos imaginar para nuestro Dios; hay algo que no ha ido bien, algo que ha fallado, algo que con el paso del tiempo (como pasa con la mayoría de las maquinarias) se ha estropeado, algo que por desgracia, va a determinar una fecha de caducidad para nuestra humanidad por degeneración de la especie.
Pudiera ser que la serpiente metiera la pata, que indujera al hombre y la mujer a mutar la conducta heredada de Dios, pudiera ser que la manzana que ambos mordieron llevara algún tipo de veneno, (como la de Blancanieves), o alguna pócima; pudiera ser que el yin que es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción y el yang que es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración, se hubieran peleado entre ellos.
La infección fue tan rápida, como el cambio que se originó en los que estaban en la tierra por aquel entonces; uno de los primeros venenos que nos inocularon fue el de los celos, y éste conlleva intrínsecamente el de la envidia; despertó en solo uno de los tres hijos de Adán: Caín, Abel y Set; eso conllevó la muerte de Abel a manos de Caín y de su quijada de animal, no sabiendo quién era más animal, el de la quijada o Caín por asesinar a su hermano.
Lo cierto y verdad es que, de la imagen y semejanza de Dios, a la que estamos hechos, nos quedan tan pocas cosas; nos falta tanto para ser la semejanza de Dios, necesitamos cambiar tanto para estar a ese nivel...
Creo que tendremos seguramente más parecido a los grandes cangrejos gigantes que al mismísimo Dios; porque cuanto más tiempo pasa, vamos caminando cada vez más para atrás; y si no, como digo muchas veces, ahí está el espejo.

ADN DE CRISTO.


El otro día me quedé realmente sorprendido; estuve observando en  National Geographic, emisora muy seria en sus investigaciones, un programa sobre el linaje de la familia de Jesús de Nazaret; hicieron un análisis exhaustivo de las reliquias del Nazareno: tanto, las aceptadas por la Iglesia Católica como las no aceptadas; determinaron que la cara impregnada en la Sábana Santa es la misma que la del sudario de Oviedo interponiendo por ordenador ambas imágenes y concretando los momentos en las que dejaron la marca; también confirmaron que ambos restos de sangre coinciden con el grupo AB+, muy común en las regiones por donde se movió el mesías hace 20 siglos, no tan común en otras partes del mundo; e hicieron un estudio del ADN de los restos de sangre de la Sínode.
Buscaron entre los huesos existentes en los osarios que han determinado como los de la familia de Jesús, pero no coincidían con ese ADN; así como con clavos que supuestamente también pertenecen a Jesús, determinando que a éstos, los clavos, dada la oxidación del metal, es literalmente imposible aclararles el ADN.
Tras determinar el ADN "teórico" de Jesús de Nazaret y su secuencia completa; hicieron un detallado estudio del ADN de familias de todo el ámbito en el que se pudo mover durante su vida terrenal el Nazareno.
Y ¡Sorpresa!, coincide casi en un 100 % con el pueblo druso.
Los drusos son una minoría religiosa que habita, principalmente, en Siria, el Líbano, Jordania e Israel. Existen pequeñas comunidades de emigrantes drusos en otros países. Hablan el árabe y el idioma del país donde residen, además mantienen desde hace casi veinte siglos aproximadamente el matrimonio entre ellos mismos, determinando así la pureza de sangre, cosa necesaria para esa paridad en el ADN.
Todo esto me lleva a determinar, que todos, una vez desaparece la máquina con la que vivimos en  este mundo, seguimos vivos por los siglos de los siglos en el ADN de nuestra familia esa sí es nuestra verdadera herencia; nuestros descendientes llevarán consigo nuestros defectos y nuestras virtudes, nuestra propensión a enfermedades y nuestra fortaleza ante otras; nuestras habilidades y nuestras torpezas; nuestro humor (malo, bueno, o regular).
Miro a mis hijos, y tienen una importante mezcla de su padre, de su madre, y de sus abuelos paternos y maternos, y también de sus bisabuelos, y si pudiera yo haber conocido a más antepasados míos, seguro que también tendrían algo de ellos.
Como cantaba la comparsa Cazagigantes en su popurrí: legado, legado, legado.


LOS MÁS TONTOS DE EUROPA.

Describe un buen amigo, el otro día en facebook, una odisea sanitaria que le ha ocurrido en Budapest.
Está de Erasmus en esa ciudad de Hungría y hace una semana que ha necesitado atención médica (menos mal que no era grave); la semana pasada lo pasaron, sin atenderlo, al lunes, y el lunes, y copio literalmente: Cuatro horas esperando a una consulta ordinaria en el hospital universitario de Semmelweis y no me han atendido, no solo nó me han atendido, sino que han intentado cobrarme 20 € teniendo la tarjeta Sanitaria Europea en vigor.
Aquí, en Andalucía, creo que en toda España, no hay que tener ni tarjeta sanitaria para que te atiendan, te curen, y te prescriban medicinas; muchas gentes de otros países han venido aquí a España a operarse de caderas, prótesis, etc., porque les resultaba gratuito (sin cotizar ni un euro a nuestra seguridad social); y después nos encontramos con que no hay dinero para pagar las pensiones y deben hacer recortes en la sanidad.
En primer lugar, las pensiones no tienen nada que ver con la sanidad, y están entrelazadas por nuestros gobernantes; y en segundo lugar, deberíamos ser más estrictos con el dinero que se derrocha con la sanidad gratuita a todo el que se acerque.
Lamentablemente, como en casi todos los aspectos de nuestra sociedad, no valoramos lo poco o mucho que tenemos; no le damos valor a las pensiones, a la sanidad, a la educación, ni a nada de lo "español", no se por qué motivo o razón.
El que no pueda tener atención médica, si realmente no puede, bien; pero al que venga de un país de la unidad europea a aprovecharse de nuestro sistema, deberían cobrarle a ese país los gastos de sanidad de la persona que se atienda; porque si no, nos tomarán como el pito del sereno y seremos los más tontos de la Unidad Europea, si no lo somos ya.

24 febrero 2018

LAS GUERRAS DE LOS MARISTAS.

Hace mucho tiempo, hace tanto ya, que voy a intentar hacer un importante ejercicio de memoria, esa que siempre tuve y que con el paso del tiempo se va diluyendo entre tantos recuerdos.
En las clases de primero, segundo y creo que también en tercero de básica, en el colegio de los HH. Maristas de mi pueblo, los maestros (hermanos maristas) con la “chasca” en la mano, nos inducían a competir entre nosotros, (posiblemente parodiando a un concurso televisivo que por aquellas fechas hacía furor en TVE, en la única cadena que teníamos: Cesta y puntos.
Hacían dos filas, una a cada lado de la clase, e imponían un tema único del que preguntar, el cual nos teníamos que preparar para la competición.
Todavía me acuerdo...
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deutoronomio, Josué, Jueces, y así sucesivamente.
Tampoco puedo olvidar; Francia-París, Albania-Tirana, URSS-Moscú; ríos y montañas de España y de Europa; tablas de multiplicar, de dividir; dónde y cómo se llamaban los huesos del cuerpo humano, tantas cosas...
Lo cierto y verdad, es que nos pasábamos muchas tardes aprendiéndonos de memoria todas estas cosas, e intentando no olvidarlas para la competición.
Recuerdo que se iban eliminando los que iban fallando y el último que quedara en pié (valga el símil) le daba el triunfo a su grupo.
Y así pasaban los días y los cursos, intentando aprender cosas.
Hay momentos, cuando por casualidad en alguna reunión de amigos, sale a colación alguno de estos temas y emito mi opinión, algunos y algunas me comentan:
¡Cuanta memoria!.
Y cuando veo a chavales en concursos de televisión que no saben ni cual es la capital de Argentina no tengo más remedio que hacerme eco de esta frase...
Lo que bien se aprende, tarde se olvida.

AMIGOS DE LA INFANCIA.

Sí, somos amigos desde la infancia, de la tuya por supuesto; en la mía no fue así.
Siempre los de ahora, los de mi generación, intentamos charlar con vosotros y vosotras,  nos aventuramos en haceros comprender las cosas como nunca nos las hicieron comprender a nosotros, quizás por eso; procuramos no pegaros, hicimos todo lo posible por no imponer nuestra voluntad dialogando a cada momento con vosotros, respetando vuestro parecer e intentando contentaros dentro de nuestras posibilidades, y muchos y muchas lo hicieron por encima de ellas para que tuvierais de todo lo que no tuvimos.
Quisimos que hicieseis lo que nosotros nunca hicimos: viajes de fin de curso, salidas a fiestas nocturnas, cumpleaños espectaculares, llegar tarde a casa, ordenadores, teléfonos, motos, coches, todo tipo de comida, burguers, yogures de toda clase, caprichos alimenticios, dinero siempre en el bolsillo; en fin, todo lo que a nosotros nos faltó, hicimos y hacemos todo lo posible por dároslo.
Se hablaba con el maestro, el maestro hablaba con vosotros, y nosotros también, procurando que consiguierais una buena educación.
La siguiente generación a la vuestra, ya denuncia por un cachetazo, pone una demanda por quedarse sin móvil una semana, es una pura discusión diaria, agreden al maestro, a sus padres, y eso que no quiero entrar en otros temas más duros y mucho más lastimosos, violencia, drogas, etc. 
El otro día, escuchando al juez Calatayud, ese señor que habla desde la justicia de la educación de los menores,  puso los puntos (todos) sobres las íes; dijo una frase que resume todo a lo que me he querido referir en esta reflexión, y que la mayoría de los padres de nuestra generación no hemos sabido, o no hemos querido comprender...
Si nos convertimos en amigos de nuestros hijos, los dejamos huérfanos.
Y en cierto modo es así, aunque haya muy buenos chavales hijos de nuestra generación, no todo el monte es orégano.


22 febrero 2018

EL TRANSPLANTE.

Ayer, después de un año y pico, he tenido que volver con mi madre al ala de nefrología del hospital Virgen del Rocío; al ser una operación leve, no le dieron habitación, y estuvimos en un salón-puente con unas cinco camas; había dos personas a las que les habían instalado un catéter de primera puesta; a otro lo prepararon para la diálisis  peritoneal, a mi madre le arreglaron el suyo; y había frente a la cama de mi madre, un chaval que esperaba para ser transplantado de riñón.
Aparte de agradecer a las personas que aquí trabajan su amabilidad, su dedicación, y su profesionalidad (estos y estas también son funcionarios como los del programa de la sexta) me quiero parar un poco en la cara del chico que estaba en la cama de enfrente.
Desde las ocho de la mañana que entró, esperaba su nuevo riñón; le contestó a la enfermera que no orinaba, le afeitaron el sitio para el transplante, le inyectaron antibióticos y antiinflamatorios; él se limitaba a utilizar el teléfono, dando las gracias a todo el que llamaba, y con una contestación que se hacía repetitiva: espero que todo salga bien.
Pasaron las horas y la cara del muchacho se mutaba a veces de miedo, a veces de preocupación, a veces de ilusión y pocas veces de alegría; la espera fue larga, cinco o seis horas que supongo le parecerían inteminables; pero todo se da por bueno para poder volver a orinar. La mirada de esos padres impacientes, preocupados y atemorizados tampoco se me ha de la cabeza tan fácil; supongo que a quien tenga hijos le pasaría lo mismo.
Casi a la hora de comer, lo llevaron a quirófano; otro equipo de magníficos profesionales (también funcionarios) devolvieron de nuevo la vida a su sistema urinario; todo importa, todo influye, todo cuenta a favor; pero lo más importante ha sido: ese hombre o esa mujer, ese chico o esa chica, ese niño o esa niña, ese familiar, o esos padres que en su momento han tenido a bien ceder un riñon a este chaval para que por lo menos intente hacer una vida casi normal. 
Supongo que habrá pasado a una sala inmunizada después de la intervención, espero que le vaya bien.
Desde aquí os conmino a haceros donantes de órganos, yo ya lo hice hace tiempo, aunque a mi madre le sea imposible recibir un transplante; y por supuesto me quito el sombrero por los donantes intervivos, para ello hay que ser muy valiente.

MODERNISMO SIN ENTRENAMIENTO.

El otro día entré en una oficina de la empresa en la que trabajé mis últimos años, empresa de la que me siento enormemente orgulloso; es una de esas llamadas "stores" ; amabilidad a raudales, atención superrápida, y eficiencia diez; pero se me vinieron a la mente muchas cosas...
Hace unos meses le compré a una anciana, que no entendía bien de las nuevas tecnologías,  un móvil para que estuviera continuamente conectada con su familia, por si tenía que salír a la calle siempre estuviera localizada o poder localizar a alguien; al cabo de tres días lo tuve que devolver; (menos mal que guardé la caja y todo lo demás), la pobre mujer no entendía ni papa de moviles y no era capaz ni de coger una llamada.
En los bancos, hemos pasado en poco tiempo, de que los ancianos le digan al ventanillero (así nos llamabamos en mis tiempos)...
-Deme usted tanto y póngame la cartilla al día; a...
-Señora, para sacar dinero y poner la cartilla al día, pase por el cajero; cuando algunos mayores todavía creen que en la caja fuerte de la entidad, está guardado su dinero y el de todos los clientes de la oficina y de todas las demás oficinas.
Hay muchas entidades (llámese Hacienda, Seguridad Social, tráfico, empresa electrica, empresa telefonica, etc.) en las que cualquier tipo de consulta, cita, o petición se debe hacer a través  de internet; aunque muchas personas no tienen ni siquiera cobertura para móviles en su pueblo, imaginemos que podrán saber de internet; también hay otras personas que no quieren perder el poco tiempo que les queda en aprender tantas cosas.
En las grandes superficies o almacenes de muebles para montar, hay cajas en la que tú te cobras y tú les pagas, con tarjeta o efectivo, y cuesta trabajo.
No todos tenemos la capacidad de aprender a la velocidad que cambia la tecnología, no todos somos tan inteligentes como los que determinan lo inteligentes que tenemos que llegar a ser; no todos, tampoco, tenemos las mismas posibilidades de hacerlo.
Es lo mismo que regalarle una biblioteca a un analfabeto o analfabeta si antes no  lo enseñamos a leer, y además, y mucho más importante, a comprender lo que lee.
También se podrían enviar a un monte a los eruditos de las nuevas tecnologías, a los que se defienden tan bien con ellas; pero sin móvil, ni ipad, ni internet, sin mochila, sin víveres y sin entrenamiento y  que tuvieran que sobrevivir durante una semana, allí solos, a lo mejor verían las cosas de otro modo.
¡Equilibrio!
En fin, no se para qué pienso tanto, si algunas veces es "pa ná".


19 febrero 2018

MANDAMIENTOS Y CREENCIAS.

El domingo escuché a un sacerdote hablar del comportamiento de los fieles de la Iglesia Católica; ese comportamiento debe de ser lo suficientemente bueno para poder acceder al paraíso y disfrutar de la vida eterna al lado de Dios, así está descrito en el Nuevo Testamento, y así debemos cumplirlo.
En la Torá, también se busca el cielo con el buen comportamiento del pueblo judío, Yahveh así lo dicto al principio de los tiempos.
El Corán promete el jardín, donde llegarán después de la yaum al quiama (resurrección)
El Canon Budista promete el nirvana, sitio donde se extinguirán los deseos materiales prevaleciendo solo lo espiritual hasta el final de los tiempos.
Todas las religiones, inclusos las ya desaparecidas, incluyen una recompensa por los buenos "servicios prestados"; todas prometen, en nuestra jubilación como humanos,  una felicidad completa si aportamos progresivamente y durante nuestra vida terrenal buenas acciones que engrosen nuestro saldo en el plan de pensiones llamado "vida eterna".
Recapacitando, he llegado a una conclusión de la que ya me hice eco en otra ocasión:
Todos estos libros indican a sus creyentes o a sus seguidores dos cosas que les son comunes...
"Amarás a tu Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a tí mismo."
Fijaros cómo es de importante la segunda parte de la frase, que los dioses, según las distintas creencias (Dios, Yahveh, Alá, Buda...) cambian de nombre pero el prójimo es para todas el mismo; y para más inri, conviven y se interrelacionan entre si.

CUANDO VIVES SIN VIVIR EN TÍ.

Cuando vives un amor sin ser amado o amada, cuando "disfrutas" de una felicidad sin sentirla, cuando sufres una tristeza sin pena, cuando padeces un dolor sin quejas; cuando escuchas una risa sin divertirte, cuando diriges una mirada sin retorno, cuando regalas una caricia sin que se le ericen los vellos; cuando notas que aportas y no recibes, cuando presentas amabilidad y recibes acritud, cuando el sexo se convierte en mala rutina, cuando besas a unos labios marmóreos; cuando descubres que nada vale para nadie,  ni nadie vale para nada si no quiere, cuando vives sin vivir ya en tí; es hora de sacar del baúl de los recuerdos el viejo pic-up, ese lleno de polvo, donde escuchabas los Lps de vinilo recién salidos del horno; abrir discretamente la cristalera del armario donde duerme en pié toda esa música que te hizo feliz y buscar encarecidamente el último Long Play de uno de los mayores genios de la música moderna, el Double Fantasy de John Lennon para dar rienda suelta a la primera canción: Jus´t like starting over (Como si comenzáramos de nuevo) e intentad  vivid encarecidamente, empezando de nuevo vuestra historia.
Mas, si es imposible hacer realidad el título de la canción, por falta física de alguna o alguno, porque el alma de uno o de otra ya ha volado a otro sitio, y el cuerpo está deseando albergarse en otro nido, o porque es imposible la paz; entonces,  habrá que seguir buceando en la discoteca, y encontrar y pinchar: Melancolía, de Pipino di Capri. (El período de luto como dicen, hay que pasarlo).
Pero esa canción, sólo debes escucharla un rato y buscar de nuevo, contínuamente, entre los vinilos olvidados, hasta que encuentres uno  de Camilo Sexto titulado: El amor de mi vida.
Entonces, sólo entonces,  es cuando tú solo, o tú sola, comenzarás realmente a vivir de nuevo.

POLVO, PERO DE ESTRELLAS.

Al entrar la cuaresma, el miércoles de ceniza, el sacerdote impone a los católicos, en la frente, una cruz de ceniza diciendo estas palabras:
- Recuerda que eres polvo, y en polvo te has de convertir.
El final y el principio de todo, es eso; todos hemos sido polvo y volveremos a serlo.
La vida es lo que nos pasa entre un polvo y otro polvo (espero que no lo toméis por donde me puedo imaginar), todo lo que nos ocurre, lo bueno, lo malo, lo regular, lo divertido, lo triste, lo dulce, lo amargo, todo nos pasa entre esas dos fases.
Pero hay una cosa que sí es completamente cierta; cuando comprendamos que somos polvo de estrellas, y tomemos consciencia de que cuando pase este lapsus de tiempo en el que hemos venido aquí, para aprender esencialmente que solo somos eso; volveremos a la casa del sol naciente, para vagar de nuevo infinitamente por el universo mutados en polvo de estrellas.
Cada mota, cada grano, cada pizca de ese polvo lleva grabado: una sonrisa, una lágrima, un suspiro, un amor, un beso, un dolor, en suma: esos polvos llevan grabados el ADN de nuestra misma vida.
No seremos felices, ni haremos más amena la vida a los que no rodean hasta que no seamos conscientes de esto:
Que somos polvo de estrellas y en polvo de estrellas nos convertiremos de nuevo. 


15 febrero 2018

LOS LUNES AL SOL.

Hace años ya, si paseabas por la calle los lunes, los martes, los miércoles y demás días de la semana (por lo menos por el pueblo) te encontrabas al sol a los "abueletes" jubilados, a personas mayores que buscaban en el astro rey, en el Dios Ra, calor para sus huesos, para que  se produjera la fijación del calcio; un chute diario de vitamina D.
Las abuelas se sentaban en las puertas de casa, en la calle, y ellos en los bancos de la plaza o a las puertas del casino.
Ahora, con el gran cambio que se ha producido en nuestra sociedad, están los hijos y sus parejas trabajando; con la tan traída y tan llevada crisis que padecemos (porque irse, creo que va a ser igual que la gripe de este año que no se quiere ir), y con el desempleo tan acusado, los abuelos han dejado de tomar el sol, los jubilados y jubiladas tienen otros menesteres: llevar a los nietos al colegio, estar con ellos cuando están enfermos, comprar, hacer la comida para los hijos y nietos; la subida de nivel cultural de los abuelos, que los podría haber llevado a leerse un buen libro tomando un poco de ese sol tan necesario, tampoco les ha servido para nada. Hablo con muchos amigos jubilados y ninguno tiene tiempo para nada.
Ayer estuve paseando por un barrio de Sevilla, y descubrí muy a mi pesar, que el sol no se está desaprovechando; hay muchos hombres jóvenes entre treinta y tantos y cuarenta y  tantos años, la mayoría desahuciados por la sociedad, sin oficio ni beneficio, que con un cigarrillo en la boca, están hoy en día, los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes y el fin de semana al sol.
Demasiado tiempo al sol; ya hasta tienen la piel cetrina oscura, no es justo que los jubilados no tengan tiempo libre y haya tantos jóvenes al sol, y lo que queda por venir con el retraso de la jubilación, el crecimiento del parque de máquinas, de ordenadores, de circuitos impresos y de robots que realizan muchos trabajos, eliminando mano de obra.
Lo que hace unos pocos de años era un verdadero placer para las personas mayores y los niños pequeños, los muy pequeños, cuando recibían el sol; hoy en día es un verdadero suplicio para una buena cantidad de gentes.
Y los que tienen que hacer algo, nada hacen; ande yo caliente...



14 febrero 2018

14 DE FEBRERO DE 2018.

En un día como hoy, todo nos recuerda o nos debe recordar cosas bonitas, no importa si terminaron porque el destino así lo quiso; a Cupido, que es un poquito “flojinganga” hay que estar animándolo a diario, cada hora, cada momento del día; querer a alguien es tan especial, que para muchos es muy difícil explicar de que se trata.
Ese "muchachito" con cuerpo y alas de ángel, con carcaj y flechas en la mano, es un poco dejado; se limita sólo y exclusivamente a divisar a dos personas a lo lejos, o de cerca; ya sea por internet, por twiter, en un viaje no planeado, en un encontronazo fortuito, en una mirada equivocada, en una reunión informal o no planeada...
Dispara dos flechas con el mismo número de referencia y "voila" ese amor nace en esas almas, que según Don Cupido, deben sintonizar unidas; pero solo se dedica a eso, y para ello yo tengo dos amigas que lo hacen bastante mejor que él,(Cupido hay veces que clava sus flechas en árboles, cuando sale de parranda por la noche, a veces mete la pata, dejando a una u otro con dos palmos de narices)
Cuando esas flechas se clavan en ambos, y empiezan a emitir sus radiaciones amorosas, buscando la respuesta continuada de la otra flecha con la misma reseña; ambas se reconocen y empiezan a emitir en paralelo.
Pero Cupido se retira, se marcha a buscar otros corazones a los que seducir con las saetas que tan certeramente dispara, y olvida para siempre a los que ya traspasó anteriormente  con el dardo del amor.
Ellos, los traspasados, son los que necesariamente se tienen que hacer cargo de la situación si quieren que esa semilla sembrada tan acertadamente por "el Dios del deseo amoroso", como podríamos traducir su nombre romano, perduren clavadas por el resto de los días.
El amor es una condición en la que la felicidad de una persona, es esencial para tu propia felicidad".
Hoy nos vuelven a recordar que somos polvo y en polvo nos hemos de convertir, hoy nos dicen, que lo carnal ha ardido y se ha convertido en cenizas; mas si tenemos la capacidad y el amor suficiente para seguir la premisa anterior, hasta la última mota de ceniza de uno y otra, o de otra y uno, seguirán emitiendo eternamente radiaciones en común hasta el final de los tiempos.
Feliz miércoles de ceniza en el día de los enamorados.

12 febrero 2018

POR FAVOR DIFUNDID.

Dios, se puso ayer en contacto con el Papa Francisco (me gusta mucho ese hombre) para dejarle un comentario y que el Papa, a través de las redes sociales: facebook, twiter, whatsapp, messenger, etc, lo haga seguir a toda la humanidad.
Queridos hijos míos:
Os remito este comunicado para informaros que la cura del cáncer o la leucemia no se va a lograr nunca compartiendo mensajes, que no se sabe ni quien los escribe; el cáncer y la leucemia se curan dedicando ese dinero que se ha perdido, se pierde y se seguirá perdiendo, a la investigación para una cura fehaciente. El ángel de la guarda, no va a guardar a nadie por compartirlo en las redes sociales; ni os va a salir un amor por compartir una rosa; ni por supuesto Fray Leopoldo va a hacer un milagro porque compartáis su foto en redes sociales.
A ninguno os va a tocar la lotería, ni le va a entrar mucho dinero de golpe, si no trabaja duro a diario para tener un puesto de trabajo digno, y que hayan gobiernos que lo puedan permitir, y si encima no compran  ni os cuento.
Por mucho que compartáis fotos de niños hambrientos poniendo al final, amén; si no aportáis todos una parte de lo vuestro para un mejor reparto de la riqueza, jamás se erradicará el hambre y la necesidad en el mundo.
Podéis ayudar rezando de corazón, en privado, que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, pero no compartiendo oraciones inventadas por los que actúan de mala fe para hacerse con vuestros datos.
Os lo digo por vuestro bien.
Firmado:  Dios.
Esto sí sería bueno para compartirlo, aunque no sea cierto, como todas esas cosas que se difunden en serie.

NADIE NACE...

Hace muchos, muchos años, un familiar de pequeña edad, tenía problemas con "los nervios", era muy enfático, y demasiado hiperactivo; pero era feliz jugando al fútbol; se me ocurrió hablar con un jefe del Banco donde trabajaba, a ver si pudiera mediar para que le hicieran una prueba en el Betis (el chaval no lo hacía mal) ya que allí tenía mano.
Habló con quien fuera y le hicieron la prueba; empezó a jugar con los infantiles; yo lo llevaba a entrenar los días que le correspondía, y asistía a los partidos que jugaba. Pasado un tiempo el entrenador de los infantiles fue cambiado, y de la noche a la mañana el chico se quedó en la calle cuando tomó posesión el nuevo entrenador.
¿Que hubiera sido de ese chico si le hubieran dado la oportunidad de seguir?
Pues a The Beatles les pasó tres cuartos de lo mismo; DECCA los rechazó, cosa que no hizo PARLOPHONE dándoles la oportunidad de grabar, si no hubiera habido esa segunda oportunidad, quizá se hubiera perdido en el tiempo la mejor banda de música de la historia (por lo menos para mí).
Nadie nace valiente, ni tampoco me valen aquellos que catalogan a otros de cobardes;  tampoco nadie nace desconfiado, ni unos tienen más miedos o menos miedos; no toda la gente es violenta, ni sumisa,  nadie sabe jamás cómo va a desarrollar un trabajo que le han encomendado, a nadie se le dio clases para ser padre, ni hijo, ni esposo, ni esposa; nadie sabe cuánto tiempo puede aguantar sin comer o sin beber, nadie sabe si sabrá amar o si no, si sería buen pianista, o buen albañil, o buen político, o mal dictador, o buen torero o mal futbolista, nadie sabe cuando nace absolutamente nada.
Estoy convencido de eso, ninguna persona puede ser nada, sin una oportunidad (o varias) para serlo.
Todo valiente, es valiente, porque ha tenido la oportunidad de demostrar su valentía, otros son cobardes por la misma circunstancia; la vida nos presenta muchas oportunidades, y esas oportunidades marcan nuestra forma de ser, y seguramente nuestro destino.
Por ello, a aquellos o aquellas que se pasan la existencia echando en cara a los demás sus faltas, sus defectos, sus carencias; a ellos y ellas que se creen imprescindibles en las cosas que realizan, minimizando a los que les acompañan con el tan sabido: "tu nunca harás esto que yo hago" les digo:
¡Tú sí que seguro eres gilipollas,te han dado oportunidades, y lo demuestras cada día!
Un poco más de humildad, si esos otros a los que tanto denostamos, tuvieran la oportunidad de demostrar... 
Otro gallo cantaría.


09 febrero 2018

EL VILLANCICO DEL AGUINALDO.

Cuando era pequeño rulaba por Navidades, hoy en día no tanto, un villancico:
A la puerta de mi casa voy a poner un petardo,
"pa" reirme del que venga a pedir el aguinaldo;
pues si voy a dar a todo el que pide en nochebuena
yo si que voy a tener que pedir de puerta en puerta.
Esta mañana estuve andando un buen rato, me desplacé desde Plaza de Armas hasta el Prado de San Sebastián, y en la calle San Eloy, Campana, Sierpes, Plaza San Francisco (joder parecí una cofradía), Avenida de la Consitución, Puerta de Jerez, San Fernando...
Muchas personas estaban adosadas a la pared de la calle, con un cartel de cartón y un vaso de plástico pidiendo. Todos y todas pedían para comer; unos porque estaban enfermos, otros porque tenían hijos, los demás porque no tenían trabajo; creo firmemente que hoy en día nunguna persona necesita en Sevilla pedir para comer, pero sigue siendo una verdadera tristeza tener que estar en la calle solicitando la caridad.
Me encontré a mujeres vendiendo romero, (qué guapo eres), pañuelos, bolígrafos, con huchas y pegatinas, etc. 
Pero lo que más me ha sorprendido ha sido descubrir una nueva ocupación; una pléyade de jóvenes, educados, demasiado simpáticos, halagadores y sonrientes con carpeta y papeles bajo el brazo que te atropellan, intentándote convencer de que te asocies a UNICEF, médicos sin fronteras, manos unidas... Y lo peor de todo es como los han bautizado: Buscadores. ¡Coño ni que estuvieramos viendo a Harry Potter!
Que nomenclatura más desagradable para nominar a personas que se dedican, en teoría, a  recabar asociados que aporten mensualmente donativos a asociaciones "en teoría" sin ánimo de lucro.
Pues si voy a dar a todo el que pide...

08 febrero 2018

ELLAS SON PERROS.

Esta tarde paramos el coche para comprar comida para los perros en el Lidl de Montequinto; me fui directo a los sacos, y con trabajo (ya calzo cincuenta y siete) me echo los  veinte kilos al hombro y me voy a la caja, esperando que me dejaran pasar.
Había una cola de seis personas, la primera con una buena compra y el resto con cestas pequeñas y poco pobladas de mercaderías; pregunté:
-¿Me dejáis pasar, sólo llevo esto?
No contestó absolutamente nadie.
Me fui directamente al final de la cola y descargué el saco en el suelo; me dice la chica de delante:
- Tenía que habérselo dicho a la señora que está primera.
- Lo siento(contesté) lo he dicho para todos, creo que no era necesario ir uno por uno.
La señora que estaba al principio me hace gestos, ¡Pase, pase!
No es necesario, gracias, el tema era no tener que cargar de nuevo el saco, está bien aquí en el suelo; esperé mi turno y metí de nuevo riñones para echarme al hombro los veinte kilos del dichoso saco.
Llegamos a casa y me acerqué a echarles de comer a India y Pepa, una mastín y una bodeguera, cuando volví la cara, la mastín estaba comiendo relegando a la pequeña detrás de ella, no tuvo ni una pizca de civismo, no dejó a la pequeña comer nada hasta que ella hubo saciado su egoísmo.
Las de aquí de casa solo son perros...

07 febrero 2018

LA MARMOTA.

Cuando Harold Ramis dirigió en 1993 a Bill Murray y Andie MacDowel en la película "Groundhog day" (el día de la marmota) titulada en español como "Atrapado en el tiempo", (desconozco esa manía de poner los títulos a las películas de habla extranjera que le salen de las narices a las distribuidoras de este país; (supongo que serán reminiscencias de los tiempos de la censura diabólica), como decía, cuando Harold Ramis, hace veinticinco años dirigió esta película, puedo sospechar que este señor no habría hecho por esas fechas un "regreso al futuro" a nuestro país.
Pero el otro día lo escuché en la radio y lo comprendí todo.
Ramis fue absorvido por una nube radioactiva y viajó al futuro veinticinco años adelante en el tiempo recalando en España (como dice mi admirado Forges, ¡País!)
Amaneció acostado en su cama y lo despertó su radio-reloj a las siete en punto de la mañana...
- Buenos días, hoy tenemos declaraciones sobre la Gurtel en las que se acusa de corrupción al presidente del Gobierno y a muchos miembros del PP; los ERES mantienen en vilo a los habitantes de Andalucía, los empleados y los pensionistas siguen perdiendo poder adquisitivo, los precios no paran de subir pero los ingresos más bien bajan; los catalanes inconscientes contínuan con su reivindicación soberanista después de no se cuanto tiempo de comprender la imposibilidad para ello, otra fallecida por la violencia de otro "macho" y van no se cuantas ya este año, y hoy hará frío. En los deportes, Piqué le ha faltado al respeto a los que van a un campo de fútbol, Cristiano Ronaldo cree que debe cobrar todavía más de lo que cobra en el Real Madrid; y  Neymar se ha pegado un juergazo de órdago.
Este hombre pasaba su día intentando descubrir cómo volver a su pasado cercano, no conseguía nada, se acostaba, y a las siete de la mañana, se encendía automáticamente el radio-despertador y volvía de nuevo a escuchar...
Buenos días, hoy tenemos declaraciones... Y así otro y otro y otro día.
Pasado un tiempo, la nebulosa radioctiva lo devolvió a 1993 y entonces vio la luz; no tuvo mejor idea para recordar a diario, la experiencia en España en su regreso al futuro, que escribir, dirigir y rodar el día de la marmota.
¡País!

AMOR PEQUEÑO.


Todos y todas hemos sentido en algún momento de nuestra vida un amor pequeño, hemos perdido el sentido de la realidad y nos hemos entregado durante muchas horas del día a soñar despiertos o despiertas.
Normalmente no eras correspondido, o correspondida, y eso era todavía peor; elucubrabas razones absurdas, tenías pensamientos de todo tipo imaginando situaciones en las que pudieras acceder a ese amor joven, pero normalmente no servía para nada; él se iba con tu peor enemiga, y ella empezaba a salir con el tío más estúpido del barrio.
En esos momentos era cuando te dabas cuenta que el amor dolía, y dolía tanto que incluso caías en una depresión; caminabas lánguida o lánguido, estabas con la cabeza perdida mirando musarañas, no atendías lo suficiente en el colegio o instituto, y siempre que te acostabas mirabas al techo de la habitación un buen rato, hasta quedarte dormido, en aquellos tiempos te quedabas dormido en cualquier postura, no como ahora, pero siempre era volar y volar,  para luego estrellarte en el suelo del desengaño.
Normalmente esa inopia perduraba hasta que tenías la suerte, o la desgracia, de encontrar al que crees que será el amor de tu vida, y para más inri, eres o crees que eres correspondido o correspondida.
No obstante, de ese amor pequeño, de ese dulce y amargo amor, siempre queda un rescoldo en un rincón escondido de tu corazón, solo de pensar cómo habría sido, o como se habría desarrollado durante el resto de tu vida.
Esa suerte, la que les perdure el amor pequeño, la tienen solo unos privilegiados, se enamoran mutuamente en la infancia, y todavía, casi cincuenta años después, prevalece su amor por encima de las adversidades de la convivencia diaria, la crianza de los hijos, los problemas laborales, la relación con las respectivas familias, y lo más importante, la salud.
¡Chapeau amigos! ¡Ole, ole y ole! 
Sabéis que me estoy refiriendo a vosotros, os deseo lo mejor, sed tan felices como al principio, solo por la constancia lo tenéis más que merecido.

06 febrero 2018

LOS PIES COLGANDO DEL BALCÓN.

La otra tarde, estuve un rato sentado en un malecón recibiendo en mi rostro esa bendición del cielo que se llama sol (no me extraña que los antiguos lo adoraran, es fuente de vida, de calor, y de luz); mis piernas colgaban sin tocar el suelo. De repente, sin darme cuenta, como un "instinto básico", empecé a levantar las piernas y a rebotar los talones en la pared del muro en el que estaba sentado; me trasporté a aquellos años, siendo un enano, en los que me sentaba en el balcón de mi casa y descolgaba las piernas a través de las rejas; balanceaba mi regordetes muslos, adelante y atrás hasta que consegía dar con el talón en la parte de abajo del balcón; las sandalias blancas de tiras de cuero se asomaban y se escondían alternativamente según para donde se dirigiera la mecida.
En un impulso súbito, me levanté, entré en casa, cogí el teléfono, y ocurrió...
No saltó la línea, un vacío acústico se atisbaba a través del auricular, hasta que se escuchó una voz:
-¡Buenas tardes, ¿Con qué número le pongo?
- Con el ochocientos noventa y seis, respondí como un autómata; me quedé anonadado.
- Ahora mismo..espere un momento...
- ¿Diga?...
Era la voz de mi padre, (él siempre contestaba así al teléfono, nunca decía dígame) no sé qué es lo que había pasado, ni supe que contestar, haciendo uso de esa capacidad que Dios me ha dado de reaccionar rápido en las situaciones difíciles, le dije...
- Buenas tardes, le llamo del Ayuntamiento, estamos haciendo una encuesta a los padres  jóvenes de Sanlúcar de cómo le gustarían que fueran sus hijos cuando sean mayores, ¿Usted me podría atender?
Como siempre que alguien lo necesitaba, contestaba amablemente, incluso cambiando su voz natural, fuerte y áspera, a una voz suave y despaciosa para contestar...
- Hombre, pues me gustaría que mis hijos, lo primero, fueran honestos, fueran buenas personas, ayudaran al prójimo, fueran trabajadores, honrados, que estudiaran una carrera (ya que yo no puede hacerlo), y que criaran a sus hijos con estos mismos conceptos que me inculcaron a mí mis padres. Ese quiero que sea mi legado.
Casi sin poder contestar, con las lágrimas inundando mis ojos, le respondí...
-Muchas gracias caballero por su amabilidad, tomaremos la debida nota.
Y colgué, y con la comunicación cortada le dije al teléfono...
-Se hará lo que se pueda padre.

SE ACERCAN UNAS FECHAS PELIGROSAS.

Le tengo miedo a este tiempo que se acerca, por Semana Santa, se han olvidado de mi varios amigos, alguno ha dejado hasta de hablarme. Yo siempre estoy despistado, siempre de bromas, olvidadizo, no tengo arrebatos, ni me cabreo a cada momento, ya ni veo bien las cosas.
Hace muchos años, en vísperas de Semana Santa, una amiga se presentó en casa un poco exitada, pidiéndome dinero; era sábado de pasión y su marido no había cobrado; se presentaba para sus hijos una Semana Santa sin un euro...
Otra vez hace, o va a hacer, dos años, el sábado de pasión o el Domingo de Ramos, me llama otro amigo para decirme que el Lunes Santo tenía que pagar una letra de un préstamo y que no tenía un euro, que le prestara lo que pudiera; y yo, resabiado de tantos palos de tanta gente en cuanto al dinero (quizás creyeran que el dinero que había en el banco donde trabajaba estaba a mi disposición) decidí prestarle cincuenta euros; este señor deberá estar pidiendo por la calle, porque si no ha cobrado desde hace casi dos años, mal le ha tenido que ir; esa persona ni me coge el teléfono, ni me contesta a los wassaps.
Puedo parecer tonto, despistado, que no me entero de las cosas, que tengo mala memoria, pero lo que no saben es que probablemente quiera ser así y hacer como que olvido, para no estar contínuamente dolido con el comportamiento de muchos o muchas.
Se acerca la Semana Santa, ufff...

05 febrero 2018

DOS CORAZONES.

Después de mucho cavilar he llegado a la conclusión de que cada uno, en nuestro cuerpo llegamos a tener dos corazones. Uno, motor físico, que insufla aliento a las arterias, y recoge los llantos de nuestras venas dándonos la capacidad suficiente para vivir; y otro, mucho más sutil, más etéreo, más chiquitito, escondido quién sabe dónde, que es nuestro motor sentimental; cuba de sentimientos y nido de amores. Este corazón con las desilusiones, con los desengaños, con las traiciones, con los desamores, va acumulando unos sedimentos que endurecen ese pequeño palpitador hasta hacerlo muy duro. Debería haber corazonistas, que en una o varias sesiones te pudieran hacer una limpieza para dejarlo otra vez útil de nuevo, o que pudieran ponerte unos pequeños stents para así poderlos liberar de posibles infartos. Y lo malo es, que a esos corazones, es difícil concretarles un régimen de comidas y de ejercicios para que se mantengan sanos.