Le tengo miedo a este tiempo que se acerca, por Semana Santa, se han olvidado de mi varios amigos, alguno ha dejado hasta de hablarme. Yo siempre estoy despistado, siempre de bromas, olvidadizo, no tengo arrebatos, ni me cabreo a cada momento, ya ni veo bien las cosas.
Hace muchos años, en vísperas de Semana Santa, una amiga se presentó en casa un poco exitada, pidiéndome dinero; era sábado de pasión y su marido no había cobrado; se presentaba para sus hijos una Semana Santa sin un euro...
Otra vez hace, o va a hacer, dos años, el sábado de pasión o el Domingo de Ramos, me llama otro amigo para decirme que el Lunes Santo tenía que pagar una letra de un préstamo y que no tenía un euro, que le prestara lo que pudiera; y yo, resabiado de tantos palos de tanta gente en cuanto al dinero (quizás creyeran que el dinero que había en el banco donde trabajaba estaba a mi disposición) decidí prestarle cincuenta euros; este señor deberá estar pidiendo por la calle, porque si no ha cobrado desde hace casi dos años, mal le ha tenido que ir; esa persona ni me coge el teléfono, ni me contesta a los wassaps.
Puedo parecer tonto, despistado, que no me entero de las cosas, que tengo mala memoria, pero lo que no saben es que probablemente quiera ser así y hacer como que olvido, para no estar contínuamente dolido con el comportamiento de muchos o muchas.
Se acerca la Semana Santa, ufff...
No hay comentarios:
Publicar un comentario