No obligues a nadie a quererte, mejor obl铆galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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26 febrero 2018

G脡NESIS CAP脥TULO 1, VERS脥CULO 27.


En el g茅nesis (el principio), ah铆 es donde se determina la creaci贸n del hombre y la mujer; que por cierto, buscando el vers铆culo del g茅nesis donde aparece la creaci贸n del hombre y la mujer; se ha modificado o reescrito o retraducido; donde dec铆a lo de la costilla del hombre, ahora dice: 27- Y cre贸 Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los cre贸; var贸n y hembra los cre贸.
Siendo conscientes que Dios nos cre贸 a su imagen y semejanza, y dado que la imagen de Dios, es la bondad, humildad, amor, servicio a los dem谩s, y todo lo bueno que podemos imaginar para nuestro Dios; hay algo que no ha ido bien, algo que ha fallado, algo que con el paso del tiempo (como pasa con la mayor铆a de las maquinarias) se ha estropeado, algo que por desgracia, va a determinar una fecha de caducidad para nuestra humanidad por degeneraci贸n de la especie.
Pudiera ser que la serpiente metiera la pata, que indujera al hombre y la mujer a mutar la conducta heredada de Dios, pudiera ser que la manzana que ambos mordieron llevara alg煤n tipo de veneno, (como la de Blancanieves), o alguna p贸cima; pudiera ser que el yin que es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorci贸n y el yang que es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetraci贸n, se hubieran peleado entre ellos.
La infecci贸n fue tan r谩pida, como el cambio que se origin贸 en los que estaban en la tierra por aquel entonces; uno de los primeros venenos que nos inocularon fue el de los celos, y 茅ste conlleva intr铆nsecamente el de la envidia; despert贸 en solo uno de los tres hijos de Ad谩n: Ca铆n, Abel y Set; eso conllev贸 la muerte de Abel a manos de Ca铆n y de su quijada de animal, no sabiendo qui茅n era m谩s animal, el de la quijada o Ca铆n por asesinar a su hermano.
Lo cierto y verdad es que, de la imagen y semejanza de Dios, a la que estamos hechos, nos quedan tan pocas cosas; nos falta tanto para ser la semejanza de Dios, necesitamos cambiar tanto para estar a ese nivel...
Creo que tendremos seguramente m谩s parecido a los grandes cangrejos gigantes que al mism铆simo Dios; porque cuanto m谩s tiempo pasa, vamos caminando cada vez m谩s para atr谩s; y si no, como digo muchas veces, ah铆 est谩 el espejo.

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