En
el g茅nesis (el principio), ah铆 es donde se determina la creaci贸n del hombre y
la mujer; que por cierto, buscando el vers铆culo del g茅nesis donde aparece la
creaci贸n del hombre y la mujer; se ha modificado o reescrito o retraducido;
donde dec铆a lo de la costilla del hombre, ahora dice: 27- Y cre贸 Dios al hombre a su
imagen, a imagen de Dios los cre贸; var贸n y hembra los cre贸.
Siendo
conscientes que Dios nos cre贸 a su imagen y semejanza, y dado que la imagen de
Dios, es la bondad, humildad, amor, servicio a los dem谩s, y todo lo bueno que
podemos imaginar para nuestro Dios; hay algo que no ha ido bien, algo que ha
fallado, algo que con el paso del tiempo (como pasa con la mayor铆a de las
maquinarias) se ha estropeado, algo que por desgracia, va a determinar una fecha
de caducidad para nuestra humanidad por degeneraci贸n de la especie.
Pudiera
ser que la serpiente metiera la pata, que indujera al hombre y la mujer a mutar
la conducta heredada de Dios, pudiera ser que la manzana que ambos mordieron
llevara alg煤n tipo de veneno, (como la de Blancanieves), o alguna p贸cima;
pudiera ser que el yin que es el principio femenino, la tierra, la oscuridad,
la pasividad y la absorci贸n y el yang que es el principio masculino, el cielo,
la luz, la actividad y la penetraci贸n, se hubieran peleado entre ellos.
La
infecci贸n fue tan r谩pida, como el cambio que se origin贸 en los que estaban en
la tierra por aquel entonces; uno de los primeros venenos que nos inocularon
fue el de los celos, y 茅ste conlleva intr铆nsecamente el de la envidia; despert贸
en solo uno de los tres hijos de Ad谩n: Ca铆n, Abel y Set; eso conllev贸 la muerte
de Abel a manos de Ca铆n y de su quijada de animal, no sabiendo qui茅n era m谩s animal,
el de la quijada o Ca铆n por asesinar a su hermano.
Lo
cierto y verdad es que, de la imagen y semejanza de Dios, a la que estamos
hechos, nos quedan tan pocas cosas; nos falta tanto para ser la semejanza de
Dios, necesitamos cambiar tanto para estar a ese nivel...
Creo
que tendremos seguramente m谩s parecido a los grandes cangrejos gigantes que al mism铆simo Dios; porque cuanto m谩s tiempo pasa, vamos caminando cada vez m谩s para atr谩s; y
si no, como digo muchas veces, ah铆 est谩 el espejo.
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