Es muy comĂșn hoy en dĂa la expresiĂłn: Irse de tiendas; nos pasamos la tarde paseando por las calles donde se ubican las mejores y mĂĄs cotizadas y poco a poco, paseando por las aceras, nos paramos progresivamente a contemplar los escaparates.
Vemos a los maniquĂs masculinos y femeninos que nos incitan a entrar en la tienda y a comprar, con los modelos puestos a un precio a veces desorbitado, a veces de rebajas, a veces a un precio normal.
Esos maniquĂs nos conminan a comprar; despuĂ©s entras en la tienda, y resulta, como casi siempre, que no hay tallas para tĂ.
Buscas entre toda la ropa que se expone en las estanterĂas tanto de caballero como de señora, pero es difĂcil encontrar cosas que te vengan bien.
Entras en otra tienda e igualmente, sigue resultando difĂcil.
Se puede comparar a hombres y mujeres con esos escaparates; a ellos y a ellas, tambiĂ©n los vemos por las calles, en el trabajo, en el bar; la mayorĂa acicalados, ojos y labios pintados, barba recortada, bien peinados, con ropa limpia y con zapatos limpios; otros, la verdad tambiĂ©n van desaliñados y un poco sucios o sucias; algunos se dedican a profesiones que no nos gustan, y otros y otras actĂșan hacia el exterior... ¡Que nos da un coraje que...!
"To es pa nĂĄ", puedes ponerte lo que te pongas, y posar como poses, al igual que los maniquĂs de los escaparates; te puedes vender mejor o peor (depende de la oferta, y por supuesto de la demanda); te puedes colgar incluso carteles que determinen el precio que tienes o que puedes llegar a tener en una rebaja; pero lo cierto y verdad, lo que realmente importa, lo que hay que valorar, solo lo que hay que valorar, es lo que hay dentro de la tienda; lo de fuera te puede atraer a entrar, pero si no encuentras ropa apropiada para tĂ, esa tienda no te sirve para nada.
Eso sĂ, siempre hay que entrar a comprobarlo, puede que haya tallas, o "tallos" sueltos que te puedan ir genial.
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