Estimado señor Méndez de Vigo...
¡No le digo trigo por no llamarle Rodrigo!
Con este pareado me rebelo contra todo; no hay dinero para los pensionistas, tampoco hay dinero para los estudiantes, menos aún para la investigación, también queda poco para la sanidad, ni para la ley de dependencia, ni para educación, ni para infraestructuras, no hay dinero para nada.
Usted señor ministro no es el culpable; son culpables todos los que se sientan en el parlamento y en el senado.
Sus pensiones no son como las de los demás, sólo por "trabajar" siete años, tienen derecho a la pensión máxima.
Con lo que cobran algunos de manutención y ayuda a alquiler teniendo una o varias viviendas en Madrid, habría para el alquiler de varias familias.
Ya no hablamos del sueldo, de parabienes, de incentivos...
Los culpables son todos los que se benefician del sistema y por otro lado critican a los que en un momento circunstancial lo dirigen.
Ninguno de los candidatos o candidatas a las elecciones ha tenido la valentía de proponer en su programa electoral, la reducción de diputados y senadores, la reducción de los sueldos de los que se sientan en el congreso y en el senado, la equiparación a todo habitante de este país en cuestión de años cotizados e importes para el cálculo de la pensión.
Ninguno ni ninguna ha pedido pagar por comer lo mismo que pagan todos los trabajadores que comen en la calle.
Ninguno de nuestros políticos ha propuesto nunca recortar en ese sentido, en lo que les le toque a ellos el bolsillo.
Y lo más importante, a los que ganan 400€/mes, a ustedes y mi; a todos, las cosas necesarias para subsistir nos cuestan igual: la electricidad, la gasolina, el gas, el teléfono, la comida básica, el agua; ahí es donde está el gran abismo.
Y lo más importante, a los que ganan 400€/mes, a ustedes y mi; a todos, las cosas necesarias para subsistir nos cuestan igual: la electricidad, la gasolina, el gas, el teléfono, la comida básica, el agua; ahí es donde está el gran abismo.
En fin, como digo siempre: el problema de las pensiones, sanidad, enseñanza, y demás problemas de este bendito país, tiene una difícil solución, porque la solución del problema, sigue estando en manos del problema.
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