No se por quĂ© es tan difĂcil hacer a los que te rodean un poco mĂĄs felices; lo tienes todo, te lo dan todo, vives mejor de lo que te imaginas, y tĂș, por eso, no dejas de dar. AsĂ deberĂa de ser, no dejar de dar al de enfrente; lo malo es que la mayorĂa de las veces lo que damos es: por culo.
A ver si tenemos la delicadeza de cumplir la segunda parte de los dos mandamientos en los que se resumen los otros diez:
...... Y AMARĂS AL PRĂJIMO COMO A TĂ MISMO..
Buenas noches.
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