No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

Seguidores

25 abril 2020

PETRICOR.

Esta palabra me la propuso otro de mis amigos lectores, Clauido; sobre ella voy a hablar un poco, o un mucho, depende de vuestras ganas de leer.
"Petricor", es una palabra compuesta por dos vocablos griegos "πέτρα" piedra e "Ιχωρ" icor, o componente etéreo.
En la revista Nature 993/2 de 1964, los geólogos australianos Isabel Joy Bear y R.G. Thomas determinaron llamar así, al proceso mediante el cual los aceites segregados por los vegetales quedan adheridos a la superficie de las rocas (principalmente las sedimentarias, como las arcillosas), y que al entrar en contacto con la lluvia son liberados en el aire.
Esa liberación de aceites produce en la pituitaria humana una de las más deliciosas sensaciones de perfume natural; un olor tan penetrante como daga que se hunda en nuestros sentidos.
Mi pobre compadre Juanjo Villagrán, que en paz descanse, con esa gracia innata que llevaba a gala, siempre llamaba a la parte del brazo opuesta al codo "onde-dobla" porque no sabía cómo se denominaba la "flexura del codo" y tampoco le importaba mucho; pues lo mismo nos pasa a nosotros. Siempre, cuando percibimos ese dulce aroma que flota en el aire tras el primer chaparrón al terminar el seco estío, decimos a boca llena:
-¡Qué rico olor a tierra mojada!
Pues eso es exactamente el "petricor" , esa fragancia admirada por todos.
Pero es un nombre feo, muy feo y malsonante; y así como mi añorado compadre, llamaba a ese feo sitio "flexura codal" con su famoso "onde-dobla"; creo que yo voy a obviar el repelente "petricor" y voy a desear querer seguir oliendo a tierra mojada.
Pero hoy, y gracias a mi amigo Claudio, por lo menos sabemos cómo se llama ese olor tan característico de finales de verano.

Foto extraída de la página: curiosando.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario