No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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16 abril 2020

TEMORES Y RECUERDOS NEGROS.

El otro día escribía sobre el hecho de guardar las cosas en el olvido, o sea, olvidarlas, o intentar olvidarlas por lo menos, pero que siempre permanezcan guardadas.
Pero una cosa, tal como me recordaron unas muy buenas amigas, es dejarlas guardadas pero difuminadas con el olvido, y otra, mucho más dolorosa, que por mucho que quieras olvidar, no puedes, te es imposible.
Eso, ya no son solo malos recuerdos, son temores, son recuerdos negros.
Esos recuerdos negros, aunque intentes esconderlos, hacerlos desaparecer con una capa de cal viva para que mueran en el olvido, nunca desaparecen, y parece que, cual lezna de zapatero, te van pinchando en la cabeza a cada momento del día, de la tarde, y lo que es mucho peor, de la noche.
No soy nadie para decir a ninguna persona cómo tiene que administrar sus malas remembranzas, sus pesadillas y sus más negros recuerdos; pero sí decirles que lo único que no se puede perder nunca es la esperanza. Siempre debemos tener esperanzas porque el camino de esta vida es muy largo y no sabemos, ni sabremos jamás, cómo, cuándo, dónde y porqué nos pasan las cosas que nos pasan, las consecuencias que pueden tener; y como quedará todo al final.
Al igual que en estos día de clausura, de reclusión, lo que nunca debemos perder es la esperanza.
El que espera y olvida siempre goza de la luz, porque el olvido es blanco y se pierde en el mar; y la esperanza es blanca y se pierde en el cielo; el que recuerda y teme siempre, vive en la noche porque esos recuerdos son negros. 
"No se puede dar de comer, en cada momento, a los malos recuerdos, hay que encerrarlos; ahora bien, nunca olvidarlos."

Foto extraída de la página de Amazón.


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