Al final no va a quedar ni la posibilidad de clamar con la voz de las justos, nos estamos quedando afónicos.
La verdad dicha se pierde entre la niebla de las injusticias e injurias, se pierde, se difumina, y muchísimas veces se transforma en mentira o bulo.
La calumnia se abre paso entre la oscuridad de la bruma.
¿Dónde está la justicia de los débiles?
¿Dónde clama la voz de los justos?
¿Dónde ayean y se quejan los maltratados?
¿Dónde prevalece la verdad de todo esto?
Como diría Jacinto Benavente (1866-1954)...
Si murmurar la verdad aún puede ser la justicia de los débiles, la calumnia no puede ser nunca más que la venganza de los cobardes.
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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