Es un collar de cuentas, que se
encuentra engarzado con mimo; es una cadena que lleva atadas: experiencias,
amores, sin sabores, decepciones, errores, triunfos. Momentos buenos y momentos
malos, besos y abrazos, bofetadas con y sin manos, problemas, aventuras,
sueños, ilusiones, enfermedades, sorpresas, diversiones, llantos…….
Cada momento, cada instante que
pasa, abres el engarce, e insertas una nueva cuenta, una nueva perla, o un
nuevo carbón.
Cada día que pasa es un nuevo
eslabón para añadir a la cadena, ese eslabón te da la opción de ir añadiendo
más y más cuentas.
Cuando el collar, un día (más
tarde o más temprano) se rompa por el roce de las cuentas, todas ellas saldrán
disparadas, sin pensárselo dos veces, e irán a parar a las cadenas o collares
de amigos y familiares para así perdurar en el recuerdo de que un día
sucedieron.
Guardad con celo las perlas que
os lleguen e incendiad con el fuego del olvido las cuentas de carbón.
La vida, es una sucesión de
sucesos, que suceden sin que esperes que van a suceder. Buen día.
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