Unos aman sin decoro al "flamenquito", otros flipan con el rock and roll, unos quieren las comidas
picantes, los otros prefieren cosas mĂĄs dulces o suaves; unos aborrecen al fĂștbol,
y otros abominan del arte de CĂșchares. Hay quien se enamora de un cuerpo y quien
pierde la cabeza, valga la redundancia, por una cabeza bien amueblada. Hay
quien se pirra por un rubio, o una rubia y quien prefiere las morenas o
morenos, a unos les gusta la playa y a otros la montaña; alguno que otro le
gusta cantar, y se atreve, y a la mayorĂa le gusta escuchar; unos hablan, otros
callan; unos son alegres, otros tristes; unos visten de pijo, otros informales;
unos estĂĄn afeitados de cabeza y barba, otros tienen pelos en ambos sitios;
unos son de izquierdas, otros de derechas; unos son del Betis y otros del
Sevilla; a unos les gustan las comedias y a otros el cine de terror. AsĂ podrĂa
estar disertando horas y horas para llegar a la misma conclusiĂłn:
Cada cual tiene sus
preferencias, cada uno decide: sus gustos, sus amores, su forma de vestir, su
mĂșsica, su actitud, sus vacaciones, su vida… y otros u otras, la suya; pero eso
no quiere decir que siempre lo tuyo sea un pastel y lo del otro, siempre sea una
mierda; porque… puede haber pasteles rellenos de mierda y dulces de chocolate
con aspecto de caca.
Por lo menos, creo,
deberĂamos dejar a los demĂĄs defender y disfrutar de sus gustos como nosotros
defendemos y disfrutamos de los nuestros; eso se apellida RESPETO Y TOLERANCIA.
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