Ninguno de nosotros jamĂĄs ha
aprendido nada de las advertencias de sus padres; quizĂĄ alguna que otra
vez nos ha dado por ahĂ y hemos seguido sus consejos.
Por suerte, sĂ se nos han pegado
muchas cosas, pero la mayorĂa de verlas una y otra vez como actitud ante las
circunstancias de la vida, comportamiento, trato a las personas y a las cosas (en
suma educaciĂłn, como se decĂa antes).
No obstante, y comprendiendo que
cada uno tenemos nuestra personalidad,
serĂa bueno, tener en cuenta los consejos de nuestros mayores, aunque sĂłlo sea
para tener otro punto de vista a la hora de tomar decisiones.
Cada uno debemos tomar las
decisiones que respectan a nuestra vida, todos hemos tenido una diferencia de
una generaciĂłn (incluso algunos de una generaciĂłn y pico) con nuestros
progenitores; siempre, nuestros padres, pensarĂĄn entre veintitantos y cuarenta
y tantos años por detrås de nosotros, por tanto, ellos serån los antiguos y nosotros los
modernos; etc. etc. ¿a que todos lo hemos pensado?
¡Ah amigo!, pero llega la hora de
comer huevos, jeje, y empiezas a comprender muchas cosas, a saber el porqué de
otras tantas, y a recibir en tus carnes las diferencias generacionales que
anteriormente criticabas.
AsĂ que nada……¡Hasta que no seas
padre, no comerĂĄs huevos!.
¡Anda que es mentira el refrĂĄn!
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