François-Marie Arouet (Voltaire) escritor, historiador, filósofo y abogado francés (1694-1778).
Ese mismo, un día, mientras paseaba por los jardines de su propiedad en Ferney, Voltaire se encontró con un campesino que parecía desconfiado de la educación.
El campesino expresó su escepticismo sobre el valor del conocimiento, sugiriendo, que la ignorancia, era a veces una bendición.
El campesino dijo:
-Señor Voltaire, dicen que la ignorancia es una bendición; tal vez sea mejor no saber tanto y vivir en paz, sin las preocupaciones que trae el conocimiento.
Voltaire, siempre listo para un debate, respondió:
- Ah mi buen hombre, la ignorancia puede parecer una bendición en la tranquilidad del campo, pero en la vasta escena de la vida es la esencia de la tiranía y la injusticia.
Un pueblo ignorante es un pueblo vulnerable, fácil de manipular y de oprimir. El conocimiento es el mejor defensor de la libertad, porque nos permite cuestionar, entender y resistir la opresión. La ignorancia nos deja a merced de los poderosos; mientras que el conocimiento nos da las herramientas para gobernarnos a nosotros mismos. Es cierto que el conocimiento trae consigo responsabilidades, y a veces, preocupaciones, pero también es el camino hacia una vida más plena y libre. La verdadera paz no proviene de la ignorancia, sino de la sabiduría que nos permite enfrentar y resolver los desafíos de la vida.
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