El otro día, me hallaba buscando
en lo más recóndito de mi corazón; han pasado tantos, tantos años de aquello;
que ya ni mi memoria se acordaba de lo que pasó.
Es curioso, la memoria selecciona
los malos y buenos recuerdos; desintegra poco a poco los malos y enmarca para
siempre en metacrilato los buenos, incluso con un toque de photoshop para
hacerlos aún más atractivos.
En el corazón, es al contrario, las
heridas suelen cicatrizar, pero de vez en cuando, ese resquicio de dolor aflora
y duele, y recuerdas a quien te hirió.
La cosas buenas que te pasan,
gracias a los demás, en el corazón se difuminan con cada latido, llegando a
olvidar el nombre de quien las hizo.
Por si alguna vez, se me olvidó,
te quiero volver a dar las gracias por el bien que me hiciste, hace tantos,
tantos años.
Gracias papá, mamá, amigo, gracias amiga, gracias compañero, compañera, gracias hermano, hermana, gracias a tí.
PD. Ábrelo cuando pasen, muchos,
muchos años, o cuando creas que no me acuerdo de tu persona.
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