Por muy paciente que una persona
pueda parecer, estoy convencido que siempre debe tener un lĂmite.
Todos tenemos un lĂmite; todos
tenemos un momento en el que decir: ¡Basta!.
Hasta la paciencia, que es una de las virtudes que mĂĄs
admiro, tiene un lĂmite.
Se oye mucho decir: ¡Esto es la
gota que colma el vaso!.
Pero no somos conscientes que
para que la gota colme el vaso, ha tenido que gotear insistentemente dentro de
ese vaso; en algunos casos hasta diluviar dentro, y normalmente,
siempre habrĂĄ una gota que lo colme, siempre contando con la inestimable colaboraciĂłn
de las demĂĄs.
Aunque algunas veces os den ganas
de destrozar la mesa de un puñetazo, o arañar la pared de arriba a bajo; por
favor, cambiad el vaso por un recipiente un poco mĂĄs grande, y tened un poco de
mĂĄs paciencia.
Para todos mis amigos y amigas,
que creen haber colmado su particular vaso de la paciencia, por motivos de “no
trabajo”, desilusiĂłn, enfermedad, desamor, problemas familiares, enemistades…..
No desesperad, os ruego un poco mĂĄs de
paciencia, espero que al final tengĂĄis recompensa.
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