Vas paseando durante toda una
vida por una lĂnea muy fina andando pausadamente unas veces, otras a una
velocidad desmesurada, pero siempre por el mismĂsimo filo.
Si eres creyente, sigues la
lĂnea que te marcaron tus padres, pero a veces, miras al otro lado y piensas
¿quĂ© habrĂĄ mĂĄs allĂĄ?; y viceversa, si eres no creyente, tambiĂ©n hay muchas
veces en la vida en las que miras al otro lado de la lĂnea.
Crees desaforadamente en
personas a las que brindas tu amistad, tu cariño, tu amor, mas estå demostrado
que todos esos sentimientos tambiĂ©n andan por una lĂnea muy estrecha, tan
estrecha que en cualquier momento se tornan en enemistad, desamor e incluso
odio, y al final es lo que acabas recibiendo.
Crees que la vida va a ser de
una forma, y la lĂnea se encarga de demostrarte todo lo contrario; y cuando
crees que todo va demasiado mal acaba llegando un ĂĄngel que redime tu falta de
fe en ti mismo.
En fin, creer o no creer “That
is the question”.
Pero eso sĂ, hay una lĂnea
fina, delgada y muy puñetera que determina lo que tĂș crees que eres o debes ser
(tener buena autoestima) y la otra cara de la moneda: que seas un creĂdo o
creĂda (altivo, presumido,
pedante, petulante, fantasioso, fatuo); en ese caso, hasta ahĂ habremos
llegado.
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