No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂgalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.
Seguidores
10 noviembre 2016
¿QUĂ SERĂ, SERĂ?
Ăltimamente, por la mañana, me ubico en un lugar por el que pasan muchas mujeres de elevada edad, la mayorĂa viudas, que sobreviven con la pensiĂłn de viudedad de sus maridos difuntos.
Por su edad, conforme pasa el tiempo, su salud se va deteriorando paulatinamente como la de todos, necesitando cada vez mĂĄs atenciĂłn mĂ©dica, mĂĄs medicinas y mĂĄs asistencia por su dependencia; pero ademĂĄs ahora, tienen miedo, mucho miedo, y cada dĂa mĂĄs, porque ven peligrar la pensiĂłn con la que sobreviven ellas, algunos de sus hijos y, por ende, sus nietos.
Ellas no tuvieron tiempo para trabajar en la calle, bastante hicieron con criar a sus hijos (y tuvieron bastantes mĂĄs que ahora) para elevar la cuota de natalidad de nuestro paĂs; si sus maridos trabajaban de sol a sol, ellas lo hacĂan de noche a noche; mi madre lo hacĂa desde antes del alba a la madrugada; y algunas tuvieron los ovarios suficientes para educar a sus hijos limpiando escaleras, planchando, etc. (eso sĂ, sin cotizar). Ellas no tienen la culpa de que no existiera una cotizaciĂłn de ama de casa para asegurarse una pensiĂłn postrera, como tampoco son culpables de los derroches, despilfarros, robos, engaños, malversaciones o poca previsiĂłn de los que debieron regir nuestro paĂs con cabeza, y no con la cartera.
¡Ellos sĂ, que con "na" tienen pa "to"! , ellas por el contrario, ahora se sumen en la incertidumbre de sus nietos, de sus hijos y de ellas mismas preguntĂĄndose ¿quĂ© serĂĄ de nosotras si perdemos algo o mucho de esas migajas?, que es lo que les dan a algunas de ellas como pensiones.
Ănimo y un beso a todas esas que hicieron que este paĂs fuera grande en un tiempo, y gracias especialmente a tĂ mamĂĄ.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario