No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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05 julio 2017

LA PALANGANA DE PILATOS.

Marco el teléfono de una compañía de seguros para dar parte de un siniestro…
Me responde esa voz metálica que nos habla desde la máquina que contesta:
-      Todos nuestros agentes están ocupados, en seguida le atenderemos.
Y espero, espero hasta que la misma señorita de circuitos impresos me espeta:
-      Nuestros agentes siguen ocupados, en seguida le atenderemos.
Pasado un rato, atendió mi  llamada una dama del otro lado del atlántico, que empezó a preguntarme por el número de póliza, el nombre del asegurado, el NIF, y me pidió que le narrase lo que había sucedido, que cómo había sido el siniestro.
Le cuento todo, me extiendo detallando todos los pormenores del imprevisto, procurando dar conversación para hacerme simpático ante mi interlocutora; hasta que en un momento de la conversación, caigo en la cuenta de que al teléfono que he llamado es un 902; y entonces… me doy cuenta, del por qué no cogen el teléfono nunca a la primera en estos número recaudatorios de muchas empresas.
 Con esa chispa que a veces me ilumina, se me viene a la mente una de las geniales frases de nuestro gran humorista Josele, cuando llamaba hace más de cuarenta años a Antonio para que se viniera de Alemania; ponía na conferencia desde España hasta Alemania en la que Josele esperaba y esperaba a que le pasaran con Antonio mientras murmuraba para si:
“Llamas a casa de tu hermano para algo y te meten diez o doce pasos, cuando llames a Mapfre para dar un parte, te meten los pasos, los nazarenos, las bandas de música, los costaleros, los capataces y hasta la palangana de Pilatos.”

C`est la vie.

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