Posiblemente este no sea el título más adecuado, porque ya no eres pequeña, y tampoco eres mi amiga, eres mucho más que amiga; te consideré, te considero y te consideraré siempre mi familia.
Aunque hace más de un lustro que nuestra relación se vio truncada por motivos ajenos a nosotros mismos, siempre hemos estado en contacto; de un tiempo a esta parte esa relación ha sido más fluida, y bien por ello que me alegro.
Siempre puedes creer que una película es buena, por el director, el guión, los actores, etc.; ves un tráiler y te imaginas como puede llegar a ser, pero hasta que no te sientas en la butaca, no puedes valorar realmente cómo es.
Tu película la he empezado a ver de unos días a esta parte; conozco muy bien al guionista y a la directora, los aprecio enormemente; conozco y conocí a los actores que componían el elenco de tu vida; y, por supuesto, casi tu guión; y durante el tiempo que convivimos ,antes de separarnos, comprobé que los extractos que iba viendo atisbaban un grandioso film.
Compruebo día a día ese estreno y te aseguro que merece mucho la pena.
Cuando llegues a la meta que te propusiste hace unos años, y por la que tanto estás trabajando, a los enfermos que tengan la suerte de caer en tus manos, les habrá tocado la lotería, igual que me tocó a mí al conocerte.
¡Eres un verdadero cielo.!
Ah, y no dudes que pediré el traslado a donde pases consulta, aunque sea en Honolulú, besos.
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