No es bueno estar reviviendo la
historia continuamente; las cosas pasadas, son libros cerrados que no conviene
abrir, sobre todo si tienen capítulos que puedan dañar nuestra alma. Señalemos
con una marca, los libros con ratos agradables para disfrutar con su recuerdo
en momentos tristes; y sólo buceemos en los otros libros si queremos aprender,
para no cometer los mismos errores que se cometieron al escribirlos. Eso sí,
siempre abierto y con la pluma en la mano, el libro del presente para escribir
nuevas historias. Que tengáis buen día.
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