Es un dicho muy antiguo, pero no
tiene por qué dejar de ser cierto.
No puedo regalaros a todos los que
lo estĂĄis pasando mal; ni trabajo, ni dinero, ni salud, ni traer a los que se
fueron, ni siquiera un presente para esta Navidad; desearĂa poder hacerlo, pero
me es imposible.
Hay mucha, mucha gente; familiares,
amigos, conocidos, familias enteras, que lo estĂĄn pasando mal; algunos
demasiado mal. EstĂĄn inmersos en una
espiral funesta, que deteriora la autoestima, la convivencia y a veces, si no, muchas
veces, hasta la salud.
Hoy dĂa de noche buena, quiero
regalaros a todos, un atisbo de esperanza; no soy Santa Claus, y no puedo hacer
milagros; pero os aseguro, que mientras haya vida, hay esperanza. Os deseo de
corazĂłn una feliz, en vez de blanca Navidad, verde Navidad, verde color de
esperanza.
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