Esta mañana recibí una remesa en
casa, tan inesperada como bonita, que dado el auge de las redes sociales, los
watsapp, los emails, etc. ya no se estila; una carta manuscrita; además, de
puño y letra de una muy buena amiga.
Aparte de esa sensación, que
hacía tanto tiempo que no disfrutaba, de recibir una carta que no fuera: cita
del médico, carta del banco o factura, experimenté una agradable sorpresa con
el contenido pues era un presente muy singular, y que me ha hecho una gran
ilusión.
A mí, por lo menos, me resulta
emotivo, que se acuerden de mí en un momento determinado, eso significa que ya
formo parte de la historia de esa persona.
Ella sabe que la quiero un
montón, y que también me acuerdo de ella muchas veces.
Muchas gracias guapa.
Buen día, y decidle a la
gente que queréis o apreciáis, que os acordáis de ellos, aunque estén lejos. Vivid.
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