Querida amiga:
Bueno, eso de amiga…, mejor, debería decir, conocida a
secas.
Si bien, has estado conmigo
en algunas ocasiones, y con mis amigos y conocidos; ellos me dicen y yo afirmo
que eres esquiva. Haces acto de presencia, pero te marchas muy rápidamente,
demasiado rápido diría yo.
No sé por qué eres tan reacia
a quedarte un largo tiempo con tus amigos, creo que no te cuesta trabajo; pero
hija, no puedes evitarlo, cuando más a gusto se está contigo, antes te evades.
Siempre que nos visitas, hay
algo que molesta tu presencia; me invade la duda, pero nunca que tomamos café,
podemos disfrutar plenamente de una tarde contigo; algo o alguien viene siempre
para amargar un poco o un mucho el café.
Un día, una buena amiga,
(mana, para más señas), que tiene una gran sabiduría, me confesó el secreto;
que siempre estás, pero no te vemos o no te sabemos ver.
Para mantenerte a nuestro
lado, debemos buscarte más que esperar que llegues; pero buscarte no solo a lo
grande, también en lo pequeño, en el día a día, en lo más insignificante, en lo
que menos esperas, en el sitio o con la compañía más rara, en lo cotidiano; y
principalmente en nuestro espejo, dentro de nosotros mismos.
Ah, y muy importante,
presentándote a los demás para que puedan disfrutar de tu compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario