La mayorĂa de mis amigos conocĂan a mi padre Pepe, Pepe Bou q.e.p.d.; era un buen tĂo, recto, formal, educado, con un poco de genio, preocupado por todos y por todo, perfeccionista en todo lo que hacĂa, persona que respetaba las normas establecidas y la ley, fiel defensor de la legalidad y el orden, amigo de sus amigos, complicĂĄndose la vida por los demĂĄs; en fin, que os voy a decir como hijo.
Un dĂa, saliĂł corriendo detrĂĄs mĂa para zurrarme (cosa que nunca hizo) porque lo cataloguĂ© de anormal.
CreyĂł (hasta que posteriormente le expliquĂ©) que lo habĂa insultado gravemente por llamarlo asĂ.
Le dije, que el segundo significado que la RAE da a la palabra anormal es: 2.- adjetivo: infrecuente.
Pues eso, mientras las malas personas, desviados de la ley, informales, corruptos, despreocupados de los demĂĄs, poco profesionales, irrespetuosos, los que no respetan las normas establecidas y etc. etc. abunden en esta desorientada sociedad, los que actĂșan contrariamente a estas conductas, para mĂ siguen siendo anormales.
El fue mi modelo, y me jacto de ello; algunas veces pienso que el mundo deberĂa de empezar de nuevo, o quizĂĄs no, no se.
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