Paso a paso se va apoderando de ti;no te lo esperas, pero de pronto una noche empieza a surgir muy cerca del nacimiento de tu pelo.
- ¿Ya?; ¡Que pronto, por Dios, solo estamos a finales de mayo!
Recorre tu mejilla sin solución de continuidad, pero eso solo es el principio, el miedo se va apoderando lentamente de tu sueño y cada vez descansas menos.
Ya no solo es tu cara, todo tu cuerpo se ve invadido progresivamente de ese rocĂo desagradable que hace que las sĂĄbanas se adhieran a tĂ como una segunda piel; imaginas que te estĂĄs refrescando en una ducha nocturna, pero nada mĂĄs lejos de la realidad.
SĂșbitamente despiertas desconcertado; el hĂĄlito fresco que invadĂa tu dormitorio cuando te recostaste para intentar soñar, se habĂa declarado en huelga; empapado, soñoliento, cansado y a oscuras (jugĂĄndote una fractura de meñique) trasteas por el pasillo para alcanzar el salĂłn, y casi a tientas localizas al fabricante de brisa ficticia para que te ayude a reconciliar el sueño. Y lo intentas...
Faltan cinco jornadas para que despierte el estĂo y ya hace bastantes dĂas que asistimos a clases intensivas en nuestra particular escuela de calor.
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