No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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29 abril 2018

PECES BOBOS.

Aunque se creía firmemente que los peces tenían una memoria un poco difusa; se llegó a afirmar que solo podían retener cosas durante treinta segundos, recientemente se ha demostrado que pueden incluso recordar hasta después de quince días donde se han alimentado.
El problema es que cuando baja la red del pescador, más aún si es de pesca de arrastre, el aprendizaje que resulta les cuesta la vida. Los que se van en la red hacia arriba,  tienen la incapacidad de comunicarse con los que se quedan fuera, si pudieran les dirían:
- ¡Huid, cuando veáis que se aproxima una red cerca de vosotros, corred como el mismo diablo!
Y claro, eso suponiendo que los otros pudieran escuchar, que tampoco lo creo.
Pues bien, si catalogamos a los peces como "bobos" por la poca inteligencia que tienen, por la nula capacidad de comunicación (aunque nos quieran inculcar lo contrario con Nemo y otras películas)...
¿Cómo habremos de nombrar a los y las que se dejan enganchar por las redes sociales?
¿Dónde encasillaremos a los y las que comparten a diestro y siniestro: bulos, niños enfermos, bendiciones, cadenas e la suerte, comunicados de la guardia civil o la policía en las redes sociales?
¿Cómo clasificaríamos a los y las  que suben fotos a las redes aunque sea "cagando"? con perdón.
¿Qué diríamos que les ha pasado?
¿Estaban advertidos de que iban a caer en las redes?
¿Tienen la capacidad de escuchar?
¿Los que están alrededor, tienen la aptitud de hablar?
Pues entonces no me queda más que pensar que algunas veces, o en otros casos muchas veces, somos más bobos que los peces, y ya es un decir.

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