Aceptamos muchas cosas a lo largo de nuestra vida.
Aceptamos que el viento pueda mover una nube de lugar, quizĂĄs porque lo estamos viendo.
Aceptamos que nuestras mejillas se enrojezcan cuando sentimos vergĂŒenza de algo o de alguien, quizĂĄs porque lo vemos e incluso lo sentimos en nuestras propias mejillas.
Aceptamos que una enfermedad se pueda curar con una pastilla, lo vemos o la tomamos.
Aceptamos tantas cosas, pero no aceptamos que un pensamiento, o una emociĂłn, como lo querĂĄis llamar, creen reacciones fĂsicas y quĂmicas dentro de nuestro organismo.
Foto de mi amiga Toñi DomĂnguez. |
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