Estuve unos años veraneando en Islantilla, unos pocos de años; después de eso, he vuelto, casi todos los años, a pasar unos días en Matalascañas.
Matalascañas tiene una imagen icónica que la identifica sobre todas las demás playas del litoral andaluz, y es su mole de piedra, el tapón como vulgarmente se le conoce.
La torre
de la Higuera, conocida coloquialmente como la Peña, el Tapón o
simplemente como la Piedra de Matalascañas, es una torre almenara en ruinas, perteneciente al sistema de torres de vigilancia costera, entre
la Torre Carbonero y la Torre Asperillo, que abarcaba gran parte de
las costas onubenses, aunque de ella no quedan más que sus cimientos volcados
sobre la playa.
Su
origen se remonta hacia el siglo XVI, se
mandó construir en 1577, y su estado actual se debe al terremoto de Lisboa de 1755, que la hizo
bascular desde la parte superior del acantilado, margo-arenoso de origen
continental, donde se emplazaba originalmente, cayendo los cimientos a la playa.
Aunque sean los cimientos, y aunque no sea más que un bloque de piedra, o piedras, no me negaréis que es una mole muy fotogénica, sobre todo si juega con las olas del mar y el contraluz de las puestas de sol por el oeste.
Es una gozada ver fotos tan artísticas de la piedra como las de mi amiga Toñi Domínguez.
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Bonita foto de la Peña de mi amiga Toñi Domínguez. |
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