Se te quitan las ganas de hacer nada, o no se si lo que quieren es que se te quiten las ganas de todo.
Cualquier cosa que intentas, cualquier inquietud que poseas, cualquier cosa que quieras iniciar; todo, y digo bien, todo, se convierte en insoportable.
Trámites con hacienda o la seguridad social, claves y más claves, vueltas y más vueltas, y cuando encuentras dónde es el sitio, resulta que para hacerlo con otra persona debes cerrar el navegador y empezar a dar vueltas de nuevo.
Pedir cita en el médico de cabecera es un suplicio, no me extraña que las urgencias estén desbordadas, hoy no hay cita hasta el día 24 de octubre.
Y para colmo, me estoy intentando matricular en un curso de inglés en la universidad, y después de ir dos veces presencialmente, ahora, que si una clave para entrar, clave de seguridad, que si instalar una app en el móvil, que si una "pocalechemigá" como decía mi padre.
Al final acabarán aburriendo a todo el mundo.
Desde la puñetera pandemia, nada es lo mismo en las administraciones, ni en la sanidad, y mucho menos, en la atención telefónica.
¡La madre que me parió!
Cualquier cosa que intentas, cualquier inquietud que poseas, cualquier cosa que quieras iniciar; todo, y digo bien, todo, se convierte en insoportable.
Trámites con hacienda o la seguridad social, claves y más claves, vueltas y más vueltas, y cuando encuentras dónde es el sitio, resulta que para hacerlo con otra persona debes cerrar el navegador y empezar a dar vueltas de nuevo.
Pedir cita en el médico de cabecera es un suplicio, no me extraña que las urgencias estén desbordadas, hoy no hay cita hasta el día 24 de octubre.
Y para colmo, me estoy intentando matricular en un curso de inglés en la universidad, y después de ir dos veces presencialmente, ahora, que si una clave para entrar, clave de seguridad, que si instalar una app en el móvil, que si una "pocalechemigá" como decía mi padre.
Al final acabarán aburriendo a todo el mundo.
Desde la puñetera pandemia, nada es lo mismo en las administraciones, ni en la sanidad, y mucho menos, en la atención telefónica.
¡La madre que me parió!
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