La vida social estĂĄ opuesta a la vida polĂtica.
EstĂĄ totalmente enfrente y diferencialmente idealizada.
En la vida social anciana se utiliza continuamente el pronombre yo, y en la vida polĂtica el que se utiliza es el tu.
Pasas por la calle, o esperas en el centro de salud tu turno y escuchas las conversaciones, sobre todo, de las ancianas...
A ti se te han fracturado cinco huesos, pues "yo" tengo siete fracturas.
Tienes infecciĂłn en el riñón, pues "yo" tengo de riñón y de hĂgado.
¿Que tienes ochenta años? Pues "yo" dentro de ocho meses cumplo ochenta y dos.
Y ahora a las conversaciones polĂticas:
¿Que yo soy corrupto? Pues "tĂș" mĂĄs.
¿Que yo me he quedado con dinero? Pues "tĂș" con mĂĄs.
¿Que yo estoy haciendo las cosas mal? Pues "tĂș" peor.
¿Que he acrecentado la deuda pĂșblica? Pues "tĂș" lo hiciste mĂĄs.
Y asĂ un sinfĂn de "yoes" y "tĂșes"
Ambas conversaciones son desesperantes, predecibles, y totalmente aburridas.
¿Y si probamos a ponerlas del revĂ©s? Donde estaba el "yo" poner el "tĂș" y viceversa, a lo mejor son mĂĄs divertidas.
¡PaĂs!
Foto de mi colecciĂłn particular. |
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