Puede
que en algún momento, tengas necesidad, o sin ella, de hacer algo que no es
coherente; siempre tendrás un hueco, tendrás tiempo para arreglarlo.
Puede que en
alguna situación, hayas hecho un mucho, o un poco de daño a alguno de tus
semejantes; siempre tendrás un rato, tendrás tiempo para pedir perdón y seguir
adelante.
Puede que en
alguna ocasión, apliques sufrimiento a quién no lo esperaba de ti; siempre
tendrás un lapso, tendrás tiempo para curar esas heridas.
Puede, que en
alguna etapa de tu vida te creas superior a los demás, más inteligente, más
guapo o guapa; siempre tendrás un momento para reflexionar y actuar con la
humildad de un hombre o mujer.
Puede que durante
tu vida laboral, hayas pisado continuamente a compañeros que estaban por encima
o por debajo de ti para trepar en el escalafón, o por el siempre hecho de
quedar bien con los superiores; siempre tendrás tiempo (antes de jubilarte o
que se jubilen), de entonar el “mea culpa” frente ellos o ellas y restablecer la
compaña.
Puede que en el
transcurso de tu existencia, engañes, estés engañando, o te engañes a ti mismo, o
a ti misma continuamente, puede que vivas con la mentira adosada a tu espalda,
puede que hasta en muchos momentos creas que es verdad lo que dices o lo que
cuentas, sin recabar en el dolor que causan esas patrañas a los que conviven
contigo.
Puede que creas
que eso que hiciste mal y que de vez en cuando se te pasa por la mente, eso que
no te deja dormir cuando lo recuerdas de noche, eso que ya te duele por dentro
casi todos los días, cuando creas que todo eso te debe de acompañar hasta que te vistan con el “pijama
de madera”...
¡Nunca estarás más lejos de la realidad!; siempre queda una oportunidad, siempre hay un resquicio, nunca es tarde para rectificar y recuperar la paz.
¡Nunca estarás más lejos de la realidad!; siempre queda una oportunidad, siempre hay un resquicio, nunca es tarde para rectificar y recuperar la paz.
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