La mayoría de las personas parece que hayamos crecido solo en cuerpo; en madurez, como que no; lo que más nombramos es la "coletilla".
En casi todos los ámbitos, más sobre todo en el círculo político, esa "coletilla" se ha instaurado en el vocabulario del día a día, de la noche a la noche, del parlamento a la televisión, del senado a la radio, del DUI a la Constitución, del cupo a los presupuestos, lo más oído a todas horas es la "coletilla".
Da a entender que estamos en el colegio, cuándo éramos chiquitos, con cinco o seis años; se asemeja a cuando nos encontrábamos en casa rodeado de hermanos y asistíamos a una bronca de papá o mamá; es como si en la pandilla, cuando adolescentes, comparábamos los músculos de los biceps (hoy en día los abdominales), y en todos los casos siempre salía a la luz la "coletilla".
Parece como si, con el paso de las generaciones, cada vez se instaure más la cobardía entre nosotros; es como si cada vez más, nos quitáramos de encima el polvo de nuestras responsabilidades con la "coletilla", parece como si cada vez fuéramos más tarde hombres y mujeres hechos y derechos, e incluso algunos o algunas, nunca lo son.
¡Estamos lamentablemente en un black friday de valentía!
Todos los errores, fracasos, decepciones, estafas, dejadeces, olvidos, robos, injusticias, y todo lo demás, lo queremos solucionar con la "coletilla", que a todos los efectos, no es más que un consuelo de tontos; al final, esos tontos, somos los que cada vez nos quedamos más perplejos escuchando contínuamente esa tan traída y llevada "coletilla":
¡"POTÚ MÁS"! (Pues tú más).
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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