No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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29 noviembre 2017

VIRUS.

Unos desarrollaron un virus benigno que sirviera para que los habitantes de una comunidad recuperaran la supremacía teóricamente perdida; se inoculó hace tiempo, en período de prueba, y poco a poco se fue desarrollando en varias generaciones.
Los habitantes del resto del territorio no se dieron cuenta de cómo se difundía el virus; de cómo se multiplicaba en los habitantes de la comunidad (al resto no les afectaba), a ellos sí.
El virus se cultivó hace muchos más años, pero estuvo congelado casi cuarenta, hasta que se descongeló definitivamente.
Ese germen, hacía que los habitantes de la comunidad, no a los otros para los que era inocuo, creyeran tener cada vez más inteligencia, más capacidad de trabajo, y por ende se consideraran más superiores a sus vecinos colindantes.
Los niños y niñas que nacían, progresivamente tenían los genes del virus más desarrollados; usualmente despreciaban más a los colindantes, poco a poco su complejo de superioridad era más grande, y cada vez, estaban más convencidos que tenían que abandonar a los del resto del territorio en el desierto.
A esos que venían del resto de territorios hasta la comunidad, se preocupaban de inyectarles el mismo virus, ya mutado, que incluso les hacía ver alucinaciones y hacerlos creer más capaces incluso que los que ya residían allí.
Esta historia de ficción me  ha recordado a dos películas famosas: “Inferno”, de Dan Brown; y “El origen del planeta de los simios”, de Rupert Wyatt.
Cuando un virus infecta a una comunidad, y la historia nos lo ha demostrado con creces, no hay remedio, no hay medicina posible, no hay antibióticos, ni pastillas, ni jarabes, ni medidas, ni paracetamol de 155 mg.; la única solución, es inventar una vacuna e inyectársela a todo el mundo, a los unos y a los otros; como se ha hecho toda la vida.
Ahora y dado el momento en el que estamos...¿Quién la desarrolla, y cómo?
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Foto de mi amiga Juani Mora.





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