A
cuenta de la lectura de una de estas reflexiones, por parte de mi amigo Paco
recibo esta pregunta…
¿Será
que uno no termina nunca de conocerse?
Así
titularé esta reflexión hoy.
Desde
que nacemos, la vida, las circunstancias, los avatares, no dejan de
sorprendernos.
Con
esas sorpresas, la mayoría de las veces desagradables, vamos aprendiendo a
vivir; aprehendemos a sobreponernos a las adversidades y seguir adelante;
podemos hacer más cosas al ser cada vez más fuertes, más altos, más mayores.
Conocemos
la palabra, la escritura, la música, la pintura, la lectura y seguimos
atesorando conocimientos.
Tenemos
decepciones, amores, amigos, “des-amigos”, hijos, nietos, pareja, compañeros.
Dedicamos
nuestra existencia al estudio primero, y al trabajo después y seguimos adelante.
Pero
hoy me quiero detener en lo que realmente pasa dentro de nosotros; cada vez que
tenemos una experiencia, leemos algo, observamos algo, en suma, cada vez que
vivimos algo, yo creo que mutamos nuestra existencia. Ni crecemos, ni
aprehendemos, ni sabemos, solo y exclusivamente: MUTAMOS, nos transformamos en
otra persona, muy parecida a la anterior es cierto, pero diferente.
Es
real que, antes de cada momento de nuestra vida tenemos una personalidad, pero
esa forma de ser puede cambiar con cualquier cosa, con cualquier beneficio, con
cualquier desgracia o decepción.
¿Actuaríamos
igual o pensaríamos igual sobre el holocausto, si no lo hubiéramos leído y
visto en imágenes?
Seguro no.
Pues
con cualquier cosa, igual; haced un examen de conciencia y veréis como llevo
razón.
Ahora
con tantos piratas, tanta maldad, tanta infamia, tanta manipulación de noticias
inventadas en las redes sociales (antes era el boca a boca del cotilleo), hemos
llegado a un punto en el que, si nos lo creemos todo, o algo, o poco de lo que
suben a internet, y no nos preocupamos de comprobarlo (cosa harto imposible),
tanta maraña, al final nos estarán haciendo mutar hacia donde ellos quieren que
mutemos.
¿Os
suena eso de algo en el noreste de España? Solo por poner un ejemplo.
En
este caso han mutado ellos, y seguramente nosotros también. Y por supuesto, una
vez que un gen muta es imposible “desmutarlo” ¿O sí?
Quizás
deberíamos aprehender a utilizar el pensamiento lateral, analizando las cosas
desde otro punto de vista totalmente diferente al que nos meten por los ojos o
por los oídos.
De
todas formas no deberíamos olvidar, que cada experiencia, te hace ser otra
persona.
El individuo desde que nace, o mejor dicho desde que es engendrado en el vientre de su madre,sufre una metamorfosis física y psicológica sin posibilidad de retroceso. La física viene dada por la genética por ello poco nos permite incidir en su resultado final. Pero la psicológica se construye a base de experiencias. El producto final, es decir, el ser psíquico en su madurez y mayor esplendor es la suma de una multitud de estratos experienciales
ResponderEliminarQue tienen como resultado lo que la persona llega a ser con el paso del tiempo.