Muchas veces el color de la venganza tiñe nuestras sienes.
Un color oscuro que ensombrece el corazón de cada uno.
La venganza, muchas veces, es también el sueño del despechado, la utopía de la dañada o la meta del desahuciado.
No se si el, tan traído y llevado, sabor de la venganza tiene un buen gusto, posiblemente amargue un poco o un mucho.
Pero lo cierto y verdad es que muchos confían en el karma, que al fin o a la postre, es otra forma de venganza.
La venganza, al final duele, y a veces duele tanto como el daño recibido.
Hay gentes que no descansan pensado en la venganza, hasta se olvidan de vivir empecinados en ella.
Pero hay una venganza incruenta, una venganza muy difícil de realizar, pero muy satisfactoria.
"La mejor venganza es ser muy diferente a quien te causó el daño".
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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