En mi casa, mis padres, siempre me inculcaron ser honesto, y la verdad que a veces me pregunto...
¿Sirve de algo ser honesto?
¿O sĂłlo sirve para que se burlen de ti?
Es verdad que la conciencia te incita a ser honesto, el que la tenga claro.
Muchas veces resulta muy complicado ser honesto, la verdad sea dicha, pero una cosa es un pequeño desliz o error y otra muy distinta es vivir en la falta de honestidad.
Y hoy en dĂa esa falta de honestidad estĂĄ totalmente efervescente.
Vuelvo a la infancia, si la familia, la sociedad, la televisiĂłn te abogaba a la honestidad, hoy en dĂa lo que ves en la calle o en la televisiĂłn o peor, en las redes sociales, es lo contrario; y eso influye negativamente en el comportamiento de la persona.
No te pueden pedir que seas honesto, las personas que son enormemente deshonestas.
Y lo mĂĄs lamentable es que ya sorprende a algunos, o a algunas, que haya gente honesta.
Es descorazonador observar cuĂĄnto sorprende la honestidad y cuĂĄn poco la mentira. (Noel Cowar 1899-1976).
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