Cuando empezaba a estudiar un nuevo curso, me excitaba sumamente el olor a nuevo de los libros.
Empezaba el curso con ilusión, y eso me motivaba.
Al igual pasa con un trabajo; hoy en día con tantos cambios de empleo, antiguamente con ascensos o cambios de oficina; siempre que se iniciaba una nueva etapa, la ilusión o la motivación era inmensa.
En su momento, cuando dirigí al Coro Rociero Bajo Quema, y ahora cuando mi hijo Jesús dirige y compone para la comparsa femenina de Mairena, o cuando empieza en un trabajo nuevo, la motivación y la ilusión son extremas.
Pero, aunque tú no te aburras, hay gente que sí lo hace; y como se dice vulgarmente, una manzana podrida estropea el cesto.
Se debe de tener motivación, ilusión pero sobre todo constancia o disciplina.
"La motivación no dura siempre, pero la disciplina es eterna."
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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