La única referencia sobre la existencia de los Reyes Magos es la extraída del Evangelio según San Mateo (2,1), en la que se habla de unos magos que llegaron de Oriente para adorar al Rey de los judíos.
Pero ni en el pasaje citado ni en los siguientes se precisa que éstos fueran reyes, y mucho menos que fueran tres.
Hoy solo es posible pensar que esto se utilizó para anunciar el nacimiento de Jesucristo a los pueblos judíos.
Tradicionalmente se ha creído que se trataba de tres reyes, por los regalos que según el texto bíblico ofrecieron al niño Jesús: oro, incienso y mirra.
Estos dones, en número de tres, parecían más propios de monarcas.
Por otra parte, bien pudiera tratarse de unos sabios (σοφοί, en griego) , o de unos magos ("magus", en el antiguo persa).
En un relato del siglo XIX se narra que en realidad fueron cuatro los Reyes Magos: Melchor, Gaspar, Baltasar y Artabán. Planearon reunirse en Borsippa (Irán) para desplazarse a Belén y agasajar al niño Jesús. Artabán no pudo llegar a tiempo al pararse en el camino a ayudar a un anciano; no se rindió y siguió su camino pero al llegar a Belén ya se habían ido. 33 años después en Jerusalén intentó ver de nuevo a Jesús, pero también llegó tarde por ayudar a una mujer enferma.
Al final de sus días, Artabán, murió orgulloso por haber ayudado a tantas personas en su vida, creyendo firmemente que esa era la misión de su existencia.
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