No nos creamos que vamos a vivir eternamente, eso es una quimera imposible; y yo dirĂa que tampoco deseable por la mayorĂa de las personas; estaremos de acuerdo que hay un momento en que es normal despedirnos de este mundo.
Pero lo peor de todo es estar muerto en vida.
¿ImaginĂĄis la vida que pasarĂĄn las personas con celos, la gente que rebosa egoĂsmo por los cuatro costados?
¿ImaginĂĄis la existencia tan plĂĄcida que disfrutan los envidiosos y las envidiosas?
¿ImaginĂĄis la biografĂa que puede escribir una persona en cuyo corazĂłn nunca anida el amor?
Si tienes la desgracia de pertenecer a los grupos que he descrito anteriormente estĂĄs, lamentablemente, mĂĄs muerto que vivo.
Si tienes la desventura de envidiar, no te arriendo la ganancia.
Con esos venenos en tu sangre nunca estarĂĄs vivo, estarĂĄs muerto continuamente.
Seguimos siendo mortales por la misma causa que la otra vez.
Porque el pecado original, el que priva al hombre de vivir sin morir, es el egoĂsmo, el desamor y la envidia.
Leopoldo Alas "ClarĂn". Escritor y jurista español (Zamora 1852-Oviedo 1901)
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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