Las futesas son necesarias para tapar muchas cosas; muchas injusticias, muchas tonterías, demasiados abusos.
Aunque las futesas, realmente, no sirven absolutamente para nada.
Si una pareja, hombre o mujer, en la convivencia, y uno de los dos, con su comportamiento no tiene por qué ser reprendido, la otra parte, se acoge literalmente a las futesas para formar a menudo el taco, la bronca o el lío, intentando justificar lo que no tiene justificación.
Lo mismo pasa en la convivencia política...
Si la forma de actuar de un líder o un partido político en sí no tiene ningún reproche que recibir, siempre habrá algún que otro "futesero" que no deje de hacer o decir futesas en detrimento de ese líder o de ese partido político.
Si un hijo o una hija, no reciben de sus padres más que cariño, comprensión, ayuda (física, psicológica y también, a veces, económica), no tienen muchas veces otra, que acogerse a verdaderas futesas para entablar una discusión o, en ocasiones, faltar literalmente al respeto de sus progenitores.
Una persona, buen compañero o compañera, trabajador, que atiende bien a los clientes, y que se lleva bien con los jefes, siempre encontrará un "futesero" que se dedique a meter la pata.
No hace falta poner en la vida de nadie a un "futesero" o "futesera", emergen de todos los rincones posibles.
La RAE determina como futesa:
- Insignificancia o pequeñez.
Y cuyos sinónimos son: fruslería, bagatela, nadería, nimiedad, futilidad o pequeñez.
Y como diría mi añorado compadre Juanjo: ¡Joé coño, tonterías!
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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