Tal vez estén llorando mis sentimientos,
mis lágrimas son perlas que caen al mar.
Y el eco adormecido, de este lamento,
hace que estés presente en mi soñar.
Así decía el principio de la canción Ansiedad (1976) de Albert Hammond (Londres 1944), que te pongo más abajo.
Y las lágrimas son tan inapelables, en muchas ocasiones, que sería para escribir una oda solo para ellas.
Las lágrimas son muy necesarias física y emocionalmente; una lágrima te salva del dolor insoportable que genera una mota de polvo, o una pestaña en tu ojo; unas lágrimas alivian el dolor insoportable que genera el puñal clavado en tu corazón por una pérdida irreparable. Pero también, es el culmen de una risa inconmensurable, supongo que como vía de escape, para evitar reventar de la risa.
Cuando el cuerpo no tiene modo de expresión para algo sublime...llora, y cuando conoce las lágrimas, está listo para saber qué es la alegría.
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