Un dĆa conoces a un hombre, o a una mujer que te deja obnubilado u obnubilada.
Esa persona literalmente te fascina: elegante, ilustrado o ilustrada, con cultura, interesado o interesada en el arte, simpƔtico o simpƔtica, en fin, un regalo.
Pero...
Cuando empiezas a conocer a esa persona a fondo, se desinflan todas las expectativas, la vida te devuelve a la realidad, el castillo de naipes que fuiste haciendo se derrumba en un segundo.
Una expresión, un gesto, un comentario, un chiste de mal gusto, un ademĆ”n, una opinión, es lo necesario para que esa persona, que creĆas grande y brillante, se empequeƱezca y se oscurezca.
Por eso se les llama personas espinaca; lucen en un principio verdes y brillantes, y en cuanto empieza a hervir el agua, se reducen drƔsticamente perdiendo su brillantez.
Se puede emplear esta nomenclatura a personas en general, parejas, compañeros, fichajes de fútbol, cantantes, actores de cine, en fin, a mucha, mucha gente.
¿QuiĆ©n no conoce a alguna persona espinaca?
Pero, gracias a Dios, tambiƩn estƔn las personas palomitas.
Que parecen tan simples y pequeƱas, a simple vista, como un grano de maĆz, pero que despuĆ©s eclosionan como una linda y rica palomita.
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| Foto de mi amiga ToƱi DomĆnguez. |

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